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Con la autorización de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), Nueva EPS y otras ocho entidades promotoras de salud bajo intervención iniciarán un proceso de negociación directa con proveedores farmacéuticos. La medida, según explicó la entidad, busca fortalecer la sostenibilidad financiera del sistema de salud, mejorar la entrega oportuna de medicamentos y reducir la dependencia de intermediarios.

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La decisión contempla un modelo de negociación conjunta, aunque la contratación final será gestionada individualmente por cada EPS, de acuerdo con los términos acordados colectivamente. Esta estrategia, de acuerdo con los cálculos preliminares, permitiría a Nueva EPS reducir sus gastos mensuales en alrededor de 7.817 millones de pesos, lo que se traduce en un ahorro anual estimado de más de 93.800 millones.

El proceso se desarrollará en tres etapas. En la primera, las EPS negociarán medicamentos de alto costo, especialmente aquellos requeridos por pacientes con diagnósticos complejos como cáncer, enfermedades huérfanas, condiciones inmunológicas y casos de trasplante. En esta categoría, ya fueron priorizadas 88 moléculas esenciales —entre ellas, eculizumab, palbociclib y tacrolimus— y actualmente 33 de ellas están en fase de acercamiento con los laboratorios.

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La segunda etapa incluirá dispositivos médicos y productos de soporte nutricional especializado, como pañales desechables y alimentos de propósito médico. Finalmente, la tercera fase se enfocará en medicamentos genéricos, de amplio uso entre los afiliados.

“Esto permitirá que los pacientes reciban medicamentos a tiempo y de manera adecuada, logrando, así, un mejoramiento en los niveles de prestación en los servicios de atención en salud”, indicó Nueva EPS en un comunicado. También subrayó que la reducción en los tiempos de entrega impactará positivamente en la disminución de las quejas, muchas de ellas relacionadas con retrasos o incumplimientos en la entrega de tratamientos.

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De acuerdo con cifras de la Superintendencia Nacional de Salud, entre enero y junio de este año se presentaron más de 81.900 quejas asociadas a demoras en la entrega de medicamentos, especialmente en EPS intervenidas. El nuevo esquema busca atender esa problemática estructural mediante una disminución de la intermediación en la cadena de suministro.

Sin embargo, aún quedan puntos por definir. No está claro cuántos laboratorios están dispuestos a negociar bajo estas nuevas condiciones, ni quiénes asumirán la logística de entrega si se reduce el papel de los actuales gestores farmacéuticos.

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Por ahora, la autorización otorgada por la SIC se presenta como una oportunidad para replantear el modelo de adquisición de medicamentos dentro del sistema de salud, con un enfoque que privilegie la eficiencia, el ahorro y la atención efectiva al paciente.