Presidente Gustavo Petro gobernará una semana desde La Guajira: lo espera hambre, sed y muerte

Cuando Gustavo Petro, presidente de Colombia, aterrice y empiece a dirigir su gobierno en Riohacha desde este lunes se dará cuenta, por si no le han informado, que tan solo este año han muerto 34 menores indígenas por causas asociadas a la desnutrición, que varias personas más han perdido la vida buscando desesperadamente agua en pozos artesanales, que el territorio se ubica en el segundo departamento con más masacres de la región Caribe (4) debido a la expansión de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra y el Clan del Golfo, y que el desgobierno es tal en la capital que –hasta el sol de hoy– el Ministerio del Interior no ha reemplazado oficialmente al exalcalde José Ramiro Bermúdez, quien fue suspendido por la Procuraduría por irregularidades en un contrato de agua y acueducto.

Eso sin contar la vigente tensión entre indígenas wayuu y los encargados de construir enormes proyectos eólicos.

El Gobierno también conocerá de primera mano que en la comunidad indígena de Marañamana, radicada en el sector de El Cardón, en jurisdicción de Uribia, en plena Alta Guajira, en donde no hay más que tierra, hambre y carencias, una madre fue condenada al desconsuelo luego de ser testigo –una vez más– de una escena brutal y repetitivamente cruel en esas tierras: la muerte de sus hijos.

Era 3 de mayo del presente año cuando las lágrimas empezaron a brotar a cantaros por los cortijos. Desesperados por falta de agua en su ranchería, dos hermanitos, Deiver Ipuana Jusayu, de 8 años, y Víctor Ipuana Pushaina, de 7, se dieron a la tarea de, a como diera lugar, calmar su sed y la de su ranchería buscando el líquido en un reservorio cercano; sin embargo, en medio de su misión se ahogaron en un pozo artesanal. Al rato sus diminutos cuerpos fueron vistos flotando.

Por estos hechos, que se han naturalizado prácticamente con el correr de los años, es que las autoridades indígenas han dejado de creer en los gobiernos.

'Presidente, como colombianos nos movilizamos por un cambio y en territorio wayuu aún no vemos el horizonte del cambio. Las mentiras de Catalina Velasco sobre las famosas soluciones al suministro de agua es una fiel muestra de que siguen fortaleciendo a los depredadores. La indolencia total de la ministra. Utiliza la sonrisa inocente de los niños wayuu para justificar el engaño al país. La misma Corte Constitucional pudo corroborar la magnitud de la tragedia humanitaria que viven las comunidades en territorio', reprochó la organización indígena Nación Wayuu y la asociación Shipia Wayuu.

Al presidente Gustavo Petro, que anunció que declarará la emergencia económica y social en el departamento de La Guajira, le llueven espaldarazos y críticas, principalmente porque hay dudas de que en su plan de gobierno priorice y ejecute acciones que mejoren la calidad de vida de las comunidades más pobres

'Es un clamor para que no se quede en esas rancherías con lujos, sino que visite y palpe el sufrimiento del pueblo wayuu que se sumerge en el olvido de este estado social de derecho. Ojalá no se convierta en una visita más, que no sea solo protocolos. Ojalá les materialice a las comunidades sus sueños de tener agua, vivienda y educación', señaló Nación Wayuu.

Luego de que Enel Colombia suspendiera indefinidamente la ejecución del proyecto eólico Windpeshi en La Guajira por diferencias con las comunidades nativas, las autoridades indígenas tradicionales wayuu pactaron una reunión con miembros del Ministerio del Interior que se llevaría a cabo el 7 y 8 de junio; sin embargo, este proceso no llegó a buen puerto por una cancelación a última hora del Gobierno, una noticia que cayó mal en el departamento.

'La transición energética es otro estado de cosas inconstitucional hacia el pueblo wayuu. De justa y limpia no tiene nada; ello merece una revisión profunda ya que los procesos consultivos y de licenciamiento ambiental fueron hechos a mansalva por el anterior gobierno, incluso algunos vía virtual. Ninguno garantiza la supervivencia física y cultural del pueblo wayuu', señalaron estas comunidades a través de una misiva.

En La Guajira, según cifras de Indepaz, se han reportado cuatro masacres en lo que va del año, siendo el segundo departamento, después de Atlántico (6), donde más asesinatos colectivos han ocurrido en la región Caribe.