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En el momento en que redacto este escrito, me encuentro meditando en las ironías de la vida. Tengo una prima a la cual estimo y que tuvieron que desembarazarla a causa de una preeclampsia severa a los casi seis meses de embarazo.

Precisamente seis meses que corresponden a las 24 semanas que la corte decidió establecer para que las mujeres puedan decidir abortar de manera libre sin ningún tipo de impedimento y sin ser penalizadas a causa de la muerte del no nacido.

Resulta interesante que le hayan dado mayor relevancia la mayoría de los medios que se muestran proabortistas y feministas a esta noticia que a la mayoría de mujeres y hombres ProVida que decidieron salir a marchar el pasado 27 de Febrero en contra de esta decisión arbitraria de dicha Corte.

De igual forma resulta curioso que las feministas abortistas que buscan silenciar a los hombres que se pronuncian al respecto del tema del aborto con la arenga “No Útero No Opinión” hoy día no digan nada acerca de los que votaron a su favor, pues fueron cuatro hombres y una mujer los magistrados que votaron Sí para que pudieran abortar de manera libre y mas irónico resulta que tres de los cuatro magistrados que votaron en contra sean precisamente mujeres con útero y opinión.

En una entrevista que le hicieron al día siguiente del pronunciamiento de la corte al médico presidente del colegio de medicina de Antioquia, expresó que el manifiesto de Madrid, documento por donde se rigen los médicos, entienden que hay vida desde la concepción y que practicar un aborto es acabar con una vida y que peor aún a los seis meses de gestación ya el feto está formado con sus sentidos y que para desembarazar a la mujer se le provoca un infarto al niño a través de una píldora para acabar con la vida del bebé.

Se ha despenalizado el aborto, ahora se puede asesinar a aquellos que no han nacido bajo el pretexto de ser un cuerpo extraño o una cosa, como si fuese un absceso en el cuerpo que puedes intervenir de manera libre; es un poco contradictorio que ahora que se evidencia aun mas que hay vida y que además es un ser humano, ahora no exista pena para aquellos que quieran acabar con la vida de un no nacido que también siente dolor y que está plenamente demostrado que desde la semana ocho experimentan también dolor.

Las feministas de otros países si son consistentes con sus argumentos deberían pronunciarse en contra de esta decisión por cuanto vienen vociferando que es desde la semana 12 o 14 es que inicia la vida en el proceso de gestación.

La conclusión que puedo notar ante esta idea arbitraria es que no hay interés real en cuanto a cuando inicia la vida humana a existir sino en querer deshacerse de sus consecuencias de practicar las relaciones sexuales sin cuidarse.

Lastimosamente el pequeño Asael no pudo aguantar y un paro acabó con su vida y fue sepultado el mismo día de esta manifestación nacional que la mayoría de medios ocultó al pueblo colombiano.

Hans Peter Martínez Ospina