En mayo de este año la socavación de diez viviendas en la carrera 29, entre las calles 43 y 44, en el barrio Chiquinquirá, dejaron en evidencia algunos de los inconvenientes presentados en las obras de canalización del arroyo Hospital.
Hoy, dos meses y medio después del episodio, nuevamente los vecinos del sector señalan que las obras avanzan lentamente y desde hace un mes están completamente 'paralizadas'. Temen que la situación de sus viviendas empeore con la llegada de la segunda temporada invernal.
Para atender la emergencia presentada a finales de mayo, la empresa contratista de las obras del arroyo intervino la carrera 29 entre las calles 43 y 44, con el fin de mitigar las eventuales emergencias que se puedan presentar con las próximas lluvias.
En la zona se ejecutaron unos muros laterales para proteger andenes y las terrazas de las viviendas; además, se 'autorizó' la utilización del material relleno fluido, debido a que su tiempo de secado es más rápido.
Los vecinos aseguran que esa fue 'la última vez' que vieron a tantos obreros trabajando en la obra. 'Pensamos que después de la emergencia la canalización sería rápida y a estas alturas tendríamos ya todo listo', dijo Sergio Majul, habitante de la zona.
Otros residentes dicen que el consorcio, que tiene adjudicada la obra, 'no brinda ninguna información' a la comunidad sobre lo que denominan una parálisis de las obras.
'Con los trabajos realizados se afectó la red de alcantarillado ocasionando fugas de aguas negras constantes en el sector, la basura de puede encontrar por cualquier parte en el sector, sin mencionar lo incómodo que resulta el tránsito de las personas por la zona', señaló un habitante a través del servicio.
Máquinas abandonadas
Celso Manotas, otro de los residentes, manifestó que las maquinarias y los elementos de trabajo 'están abandonados' a lo largo de la obra en la calle 40 con carrera 33.
'En la zona hay una máquina varada desde hace 20 días, las tabletas metálicas están regadas por todos lados y han ocasionado represión de basura', apuntó Manotas.
La implementación de las estrategias para la reducción del caudal de escorrentía superficial del arroyo se encuentra a cargo del consorcio Obras Hidráulicas 2016, cuyo valor del contrato es de $83.887 millones, para una intervención en 2.380 metros lineales.
Las obras comenzaron a ejecutarse en 2016 desde la calle 44 con carrera 29 hasta la carrera 35 con calle 17, y se adicionó en el contrato el tramo hasta el caño La Ahuyama.
Este medio recorrió tramos de la obra y observó que en la calle 42 con carrera 29 los escombros están a los lados de la vía, y en algunos tramos el material de relleno fluido usado para hacer las veces de pavimentación comienza a agrietarse.
Tramos más abajo, como en la carrera 32 con calle 39, la situación es similar. En esta zona un tubo grande está sobre la vía, y en la calle 38 con carrera 33, la abertura de un hueco, por donde se fue un vehículo, está totalmente al descubierto, sin ninguna señalización o barrera que indique peligro.
Durante los inconvenientes de mayo la obra se encontraba, según el Distrito, en un 75% de avance.
El censo en jurídica
Por un tramo de estas obras, la Sala Quinta de Revisión de la Corte Constitucional ordenó a la Alcaldía ofrecer una solución a 259 personas que habitan 48 viviendas que fueron afectadas en un sector de Rebolo, donde sus casas quedaron metro y medio por debajo de la vía.
A principios de junio, la Oficina de Gestión del Riesgo elaboró el censo que quedó en manos de la Secretaría Jurídica de la Alcaldía, que determinaría los pasos siguientes.
La comunidad de esa zona señaló a este medio que desde el fin de semana (primero de junio) que se realizó el censo 'más nadie regresó' para comunicarles qué pasaría con el futuro de sus hogares y desconocen el resultado del censo.




















