Carolain despacha un tinto por $400, María Alejandra vende una aromática por $300 y Edith ofrece bolsas con agua y jugos en botella a $500 y $800 en el Paseo Bolívar, Centro de Barranquilla. Las tres tienen algo en común: son madres venezolanas que huyeron de su país por la crisis económica, política y social que atraviesa, dejando a sus hijos al otro lado de la frontera.
Pasarán por primera vez la celebración del Día de la Madre sin sus primogénitos. Trabajando bajo el sol barranquillero, pero aseguran que el sentimiento de madre 'estará más vivo que nunca'. Sus miradas maquilladas esconden el trasnocho de la preocupación diaria. Sus sonrisas simuladas, la tristeza de no poder ver el rostro de sus hijos cada mañana al levantarse. En el Centro de la capital del Atlántico cada vez se avistan más venezolanas rebuscándose el pan diario. Venden comidas, agua, tintos, dulces, implementos para tratamientos de ortodoncia, tarjetas de telefonía celular, cantan en los buses o bailan en los semáforos. A otras se les ve vender sus cuerpos por las noches.
Cerca de 8,3 millones de venezolanos ingresaron a Colombia entre el 1 de enero y el 26 de abril de este año, y más de 7,8 millones salieron en este mismo periodo de tiempo, según un informe de Migración Colombia. El diez por ciento cuenta con Cédula de Extranjería, por lo que su situación migratoria está regularizada.
El director de la entidad, Christian Krüger, argumentó que los venezolanos ingresan al país para adquirir medicamentos, abastecerse de alimentos y ejercer trabajos informales como los de Carolain, María Alejandra y Edith.
La Defensoría del Pueblo pidió este viernes que se le garantice 'unos mínimos de protección' a las personas que llegan de Venezuela, al advertir sobre limitaciones que enfrentan para el acceso a los servicios básicos e identificación.
De acuerdo con el defensor del pueblo, Carlos Alfonso Negret, la solicitud es en cumplimiento de los compromisos internos e internacionales en materia de derechos humanos y también 'en reciprocidad por la solidaridad ofrecida por muchos países a los migrantes colombianos y las víctimas que salieron del país a causa del conflicto armado'.
Por Educación
Carolain Carrión , de 27 años, es de Maracaibo y hace un mes llegó a Barranquilla por una amiga que lleva laborando nueve meses en la capital. Es madre cabeza de hogar y tiene una hija de 7 años que estudia en un colegio privado de su ciudad.
'Allá la educación también está difícil, ya no es como antes, no hay vocación para enseñar. Hice el esfuerzo de venirme para mantener a mi hija en ese colegio. Es la única manera de que tenga una buena base para su futuro', comenta mientras recibe las monedas de un cliente.
El fucsia de sus uñas contrasta con el blanco del termo y el vaso plástico. El anillo plateado en el dedo anular de su mano izquierda haría sospechar de un compromiso amoroso, pero el único -dice- es el que tiene con su hija. La mujer despacha el tinto. Regala una sonrisa, pero no quiere fotos de su rostro.
En Maracibo -evoca- cada Día de la Madre lo celebraba en familia con una comida sencilla. Este año cree que trabajará hasta el cansancio.
Todos los días se levanta a las 4:30 de la mañana, en una casa del barrio Villa Paraíso del municipio de Soledad. Dos horas después se ubica en el Paseo Bolívar, lista para empezar la jornada laboral que se extiende doce horas.
Carolain gana diariamente, en promedio, unos $25 mil. Seis veces lo que ganaba hace un mes en Venezuela.
'A más tardar hasta antes de diciembre me regreso. No voy a pasar ese mes aquí sola, sin mi familia. De una u otra manera me voy', enfatiza la maracucha de mirada castaña clara, seguido de una mueca en sus labios. Sus ojos se cristalizan.
Deportaciones
El año pasado fueron deportados 2.500 ciudadanos venezolanos, según cifras de Migración Colombia; todos estaban en Colombia de manera ilegal. Solamente en el primer mes de este año la cifra de deportados llegó a 160, 18 de estos en carácter de expulsados. Se han realizado deportaciones desde municipios fronterizos, pero también desde la Costa como Malambo, Candelaria, Ponedera, Luruaco, Santo Tomás y Barranquilla. Según datos entregados por Migración Colombia, la entidad ha realizado más de 11.000 verificaciones de documentos a personas naturales y jurídicas en el último año y ha sancionado a 55 empresas por contratar a ciudadanos venezolanos sin cumplir con las exigencias de ley.
Por alimentación. María Alejandra Ríos Paredes tiene 30 años de edad. Llegó hace tres meses a Barranquilla porque su esposo y ella quedaron sin empleo en Maracaibo. Dice que no tenía como alimentar a sus cinco hijos: de 13, 12, 9, 6 y un año de edad.
Hoy vende tintos y aromáticas en el Centro. Rueda el carro con los termos, mientras su silueta en licra atrae la mirada de la clientela masculina.
'Había días que mis hijos no comían, no podíamos seguir así', confiesa la morena, quien trajo a Colombia a la menor de sus hijas en brazos. El Día de la Madre afirma que llamará a sus cuatro hijos en Maracaibo para decirle que los ama.
Estudió la primaria y manifiesta que solía vender ropa. Ganaba unos 6 mil bolívares al mes, pero en febrero, antes de viajar, su ingreso promedio era de 500 bolívares, explica.
Hoy paga $350 mil por el arriendo de la casa donde se hospeda con su pareja, en el barrio Los Olivos, sector eléctricamente subnormal de la ciudad. Se levanta a las cinco de la mañana, prepara el alimento de su hija y llega a la 7 de la mañana al Paseo Bolívar. A diferencia de Carolain, tiene una hermana que lleva viviendo cuatro años en la ciudad. Fue su apoyo cuando dejó al resto de sus hijos con su madre en Maracaibo y emprendió el rebusque de su vida.
Tarjeta migratoria
El Gobierno Nacional intensificó las medidas para regularizar a las personas provenientes de Venezuela que se encuentran e ingresan constantemente al país.
Una de estas comenzó a regir desde el pasado primero de mayo y se trata de una nueva Tarjeta de Movilidad Fronteriza, teniendo en cuenta que, hasta el 30 de abril de este año, iban 820 personas expulsadas y deportadas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Migración advirtió que no tiene costo y que personas estarían cobrando hasta $30.000 por hacer un trámite que se hace directamente en la página web www.migracioncolombia.gov.co, sin intermediarios o costo alguno.
La Cancillería y Migración Colombia aclararon que solo quienes transiten frecuentemente la frontera deben inscribirse para obtener la tarjeta. La entidades informaron que si la persona no tiene el comprobante de Pre Registro, al ingresar a Colombia deberá presentar su pasaporte vigente. Si no cuenta con alguno de los dos documentos, no podrá ingresar a territorio colombiano.
Por estabilidad
Damelis González hace tres meses llegó a Barranquilla con su esposo, que es albañil. Es oriunda de Punto Fijo, capital del municipio Carirubana y la ciudad más poblada del Estado Falcón.
Hoy vive en el barrio Las Colonias de Soledad con otra amiga y paisana, Edith Weffer. Pagan $300 mil por el arriendo.
'Le doy gracias a Dios porque estamos acá, pero le pido tener algo estable. No es fácil, a veces no me llevo nada, si acaso $5 mil que me alcanza para los pasajes', comenta Damelis, delgada, de labios rojos y manos marcadas por las venas. Se trajo a sus cinco hijos, es paramédica y cosmetóloga, pero sin cédula no puede ejercer ninguna profesión. Hoy vende bolsas con agua y jugos con Edith. También es de Punto Fijo, pero dejó su hijo menor, de cuatro años, con el papá y la abuela. Su hijo de cinco años se pone detrás de ella, mientras cuenta su experiencia en Colombia.
'Allá trabajaba con la alcaldía como promotora social. Era Chavista cuando estaba Chávez, pero Maduro la embarró toda. Su peor error fue dejar de administrar alimentos. Nos puso a comer por número de cédula', detalla Edith. Piensa volver a Venezuela en un mes para ver a su hijo, pero quiere quedarse trabajando en Barranquilla hasta cuando mejore un poco la situación allá.


