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Han pasado tres años y un mes desde que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) expidió el Auto 068 de 2022, ordenando a gobernadores y alcaldes de 20 municipios del área del canal del Dique diseñar una ruta de memoria que recogiera los hechos de violencia que marcaron a esta subregión durante el conflicto armado. Sin embargo, de todos los municipios convocados, solo uno ha cumplido: Repelón.

En este municipio del sur del Atlántico, donde aproximadamente el 25 % de la población está reconocida como víctima del conflicto, las comunidades y las autoridades lograron levantar un monumento de memoria en el corregimiento de Villa Rosa, a solo 500 metros del canal del Dique, un lugar que por décadas fue sinónimo de vida para los campesinos y de muerte durante los años más oscuros de la guerra.

Mientras en otros territorios, los expedientes siguen estancados, en Repelón la comunidad logró transformar un terreno olvidado de Villa Rosa en un espacio cargado de simbolismo, dolor, pero sobre todo esperanza.

Reinel Cabrera, coordinador de la Mesa Municipal de Víctimas, miró la obra en silencio antes de hablar.

La marca de la violencia

La historia de la subregión no puede contarse sin mencionar el canal del Dique. Durante los años más duros del conflicto, este cuerpo de agua, que por siglos fue fuente de vida, pesca y agricultura, se transformó en un cementerio clandestino. Los grupos armados que operaban en la zona arrojaban allí los cuerpos de personas asesinadas en masacres y ejecuciones ilegales.

Reinel Cabrera Autria, coordinador de la Mesa Municipal de Víctimas, vivió en carne propia el horror.

“Esta escultura significa mucho. Es un homenaje que nos devuelve un poco de dignidad. Yo viví en una parcela y, cuando empezaron las amenazas, tuve que dejarlo todo. Andaba una camioneta sin placas buscándome para matarme. No les gustaban los sindicalistas como yo”, expresó.

El miedo lo obligó a huir a Venezuela en 2001. “Tuve que dejar a mi mujer y a mis hijos. Vivíamos con el temor de caer en manos del equivocado, y lo más triste es que uno no tenía nada que ver con el conflicto. Simplemente quedamos atrapados en el medio”.

La historia de Belky Ruiz Cabarca, del equipo dinamizador de la Ruta del Cimarronaje, también está llena de heridas.

“A mí me duele recordar las masacres. No las viví dentro de mi casa, pero las viví como miembro del pueblo. Lo que más me marcó fue la muerte de Arturo Pérez Mercado, un líder muy querido de Villa Rosa. Lo sacaron de su casa, lo torturaron, lo asesinaron. Ese día lloró todo el municipio”, relató.

Ruiz también recordó el secuestro y asesinato de Heriberto Julio, en 1996, otro hecho que sacudió al pueblo.

“La gente aquí siempre ha sido trabajadora, de paz. Ver que de un momento a otro se llevaban a alguien de su casa, aparecían muertos, había miedo de salir. Eso nos cambió para siempre”.

JHONY OLIVARESLas canoas significan el sustento diario de la comunidad, pero también un elemento que durante años transportó el horror de las masacres del municipio.

Sobre la obligación

El alcalde Jorge Reales Martínez explicó que la iniciativa surgió a partir de la obligación impuesta a los municipios aledaños al canal del Dique, donde hubo un alto número de víctimas durante el conflicto.

Reales afirmó que la ejecución del proyecto no fue una simple obra física. “Este es un proceso bastante complejo porque hay muchos componentes sensibles”, manifestó.

Según explicó, el reto iba más allá de una responsabilidad legal: “Me comprometió a mí como alcalde a entender, desde mi sentimiento como servidor público y como persona, lo que representaba la construcción del monumento para las víctimas”.

Detalló, además, que el monumento, cuya figura central es una gran canoa en madera, busca representar la memoria de las víctimas arrojadas o transportadas a través del canal del Dique durante los años más duros de la violencia.

Así nació el monumento

El corregimiento de Villa Rosa fue seleccionado por las víctimas como el sitio ideal para la obra. Su cercanía con el canal del Dique—a solo 500 metros— y su ubicación a orillas del embalse del Guájaro con miles de años de historia lo convertían en un lugar simbólico y espiritual.

La construcción se inició el 29 de septiembre y finalizó el 3 de diciembre de este año. Costó $135 millones, recursos propios del municipio, pese a que Repelón es un municipio de sexta categoría con presupuesto limitado.

“La comunidad puso su mano de obra. Víctimas, descendientes afro, habitantes de Villa Rosa. Aquí nadie trabajó sin ser escuchado”, explicó el alcalde.

El corazón del monumento es una canoa que parece emerger desde la tierra. “Representa una semilla, una vida nueva. En el pasado transportó cuerpos. Hoy simboliza renacimiento. Por eso su punta en vidrio mira al agua: es un mensaje claro de un nuevo comienzo”, dice Reales.

Además de la estructura, el municipio ya tiene un plan de sostenimiento, cuidadores capacitados y la articulación con el Museo Arqueológico local y el Ministerio de las Culturas. Esta organización permitió que, por primera vez, el proceso no quedara reducido a un acto simbólico, sino que se convirtiera en un espacio permanente de reflexión.

Cabe mencionar que la Ruta del Cimarronaje agrupa a más de 270 organizaciones afrodescendientes de los municipios ribereños del canal del Dique. Para ellas, este monumento es también un reconocimiento a su lucha histórica contra el olvido.

A su turno, Óscar González, enlace municipal de víctimas, recordó que Repelón no solo vivió hechos victimizantes, sino que además recibió a personas desplazadas de otros puntos del canal.

“Tenemos dos sujetos de reparación colectiva y un profundo trabajo de memoria. Por eso era importante escoger un lugar donde se pudiera ver el canal, la ciénaga, el embalse. Todo lo que ha marcado a este municipio”, declaró.

El lugar de memoria también está vinculado al megaproyecto de recuperación de ecosistemas del canal del Dique, en el que participan varias entidades estatales. La obra se articula con ese proceso mayor, que incluye la restauración ambiental y el fortalecimiento de las comunidades ribereñas.

Único municipio que cumplió

Mientras otros gobiernos locales siguen ajustando documentos, resolviendo recursos o intentando iniciar diálogos con comunidades, Repelón ya tiene su monumento en pie, su ruta definida y su plan operativo listo.

Por esa razón, la JEP escogió este municipio para realizar el acto nacional del 9 de abril de 2026, Día de las Víctimas, cuando quedará inaugurado oficialmente el sitio.

Lo que viene para el proceso

Tras la entrega del monumento de memoria histórica, el municipio de Repelón y las comunidades afrodescendientes que integran la Ruta del Cimarronaje coinciden en que el siguiente paso es consolidar un proceso que no se limite a la conmemoración, sino que contribuya activamente a la reconciliación, a la prevención de la violencia y a la seguridad territorial.