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Si hay un fenómeno que ha transformado de manera significativa y palpable el desarrollo sostenible que se ha marcado Barranquilla como meta dentro de las próximas décadas es sin duda la construcción, renovación y recuperación de centenares de parques a lo largo de la ciudad; sin embargo, hay un barrio que se lleva los aplausos, el popular sector de la Ciudadela 20 de Julio.

En la actualidad pasó de ser un sector con proliferación de los típicos problemas sociales a un cambio en sus formas de vivir, de interactuar entre vecinos, de relacionarse con la práctica deportiva y los hábitos saludables y hasta en el fortalecimiento de las estrategias de seguridad dentro del entorno de la comunidad.

El parque pionero

JOSEFINA VILLARREALDos pequeñas juegan en el resbaladero del parque Las Palmeras tras salir de su jornada de clases en el colegio.

Uno de los primeros parques en entrar en este proceso que ya completó más de una década fue el de la Virgen del Carmen, en la calle 47A entre 1 Sur y 3 Sur, donde hoy sus vecinos no se imaginan una vida sin el espacio de recreación que se ganaron desde el inicio del proceso.

Eliana Novoa es edil por la localidad Metropolitana y ha confirmado cómo ha sido el proceso de cambio del sector desde la construcción del parque: “Este parque tiene una particularidad, fue el primer parque entregado en la Ciudadela 20 de Julio, el barrio más grande que tenemos en esta localidad. Los vecinos estamos muy contentos y nos sentimos muy satisfechos porque somos uno de los barrios donde hay más parques en la actualidad. Donde hay parques, se aleja la delincuencia”.

Un cambio que se siente

JOSEFINA VILLARREALDos pequeñas juegan en el resbaladero del parque Las Palmeras tras salir de su jornada de clases en el colegio.

Frente a ese mismo parque vive la señora Magadalena Ortiz Domínguez, una adulta mayor de 77 años, quien vive de la modistería y a quién el parque le ha resultado un cambio significativo para su vida: “Fue un beneficio para toda la comunidad. Anteriormente no había donde traer los niños, ya hoy en día tiene uno donde hacer ejercicio. Desde que hicieron el parque, todo ha sido beneficio para el barrio”.

Unas cuadras más adelante está otro de los parques que está impactando, entregado hace poco más de un año, el de Las Palmeras en la calle 46G entre las carreras 1 Sur y 4 Sur, el cual no solo transformó el escenario sino que también les está trayendo desarrollo con la construcción de la prolongación de la carrera 1 Sur.

Así lo destaca el vecino Carlos Marriaga: “Esa es la realidad, esta era una zona verde que estaba abandonada y gracias a Dios le dieron vida con este parque. Ha sido una oportunidad de la tierra al cielo. Vamos a tener más colaboración de las autoridades y se prevé que traigan un sistema de cámaras de seguridad”.

José Luis Álvarez, gerente de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), destacó como el barrio Ciudadela 20 de Julio –que mayormente está en la localidad Metropolitana, aunque una parte se extiende a la localidad Suroriente– es un ejemplo de sustentabilidad.

“La entrega y recuperación de más de 30 parques en la Ciudadela 20 de Julio representa un paso decisivo hacia una Barranquilla más sostenible y equitativa. Impulsan la cohesión social y el sentido de pertenencia en las comunidades. Pero, sobre todo, son escenarios de encuentro que fortalecen el tejido social. Aquí confluyen niños, adultos y familias enteras”, explicó.

Dan ganas de jugar

JOSEFINA VILLARREALDos pequeñas juegan en el resbaladero del parque Las Palmeras tras salir de su jornada de clases en el colegio.

Ángel Zúñiga tiene 8 años y habita por el sector del parque Los Pitufos, donde todos los días se da cita para jugar con sus amigos. La verdad es que no se imagina un mundo diferente al de jugar por las tardes.

Eso sí, solo pide una cosa: más juegos en el parque para poder saciar sus ganas de jugar. “No vengo a jugar todos los días porque tengo que cumplir con mis responsabilidades. Me gusta este parque, sí. Porque estoy con mis amigos acá jugando fútbol, a veces me columpio. Sí es verdad que por mi casa hay muchos parques, algunos me gustan más porque tienen más cosas para jugar, quisiera que el parque tuviera muchas más cosas para jugar mejor”.

Lo bueno enciende el deseo de tener más. Y la sensación de bienestar que tienen estos parques ha despertado una verdadera transformación.