Con un enfoque esperanzador, este martes se instaló en Barranquilla la primera mesa morada para la dignidad de las mujeres, un espacio en el que participaron instituciones distritales y departamentales, organizaciones sociales y entidades responsables de la atención y protección a mujeres víctimas de violencia.
La convocatoria fue liderada por la concejal Heidy Barrera, quien impulsó una conversación alejada de los números y centrada en la humanidad.
“Lo importante fue la conexión empática entre las instituciones. No hablamos de cifras, hablamos de realidades, de mujeres asesinadas, de vidas que ya no podrán estar con sus hijos ni sus familias. Esta vez la conversación fue distinta y eso nos permite pensar en soluciones reales”, expresó Barrera al término de la reunión.
Explicó que la mesa Morada surgió como una respuesta a la necesidad urgente de articular la ruta de atención a mujeres víctimas de violencia en el Distrito y el Departamento del Atlántico. Para Barrera, uno de los mayores problemas es que esta ruta aún es “asincrónica”, lo que impide una atención eficaz y oportuna.
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“Cada entidad actúa por separado, y eso revictimiza a las mujeres. Necesitamos una ruta única, un sistema de información integrado que conecte a todas las instituciones involucradas: Fiscalía, Policía, Secretaría de la Mujer, ICBF, entre otras. Si eso sucede, sí podremos hablar de una protección real”, puntualizó la concejal.
Resaltó que durante el encuentro, las distintas entidades participantes no se dedicaron a señalar culpables, sino a reconocer las fallas estructurales y asumir compromisos. Entre las conclusiones más relevantes está la urgencia de: crear una ruta de atención coherente y ajustada a la realidad de las mujeres víctimas, implementar un sistema unificado de información que evite la repetición traumática de los testimonios y establecer sentencias ejemplarizantes en casos de violencia y feminicidio, para romper con la impunidad.
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“Una sola cifra de feminicidio ya es indignante. No podemos seguir normalizando la violencia. Este es el momento de romper el silencio y actuar”, agregó.
El personero distrital de Barranquilla, Miguel Ángel Álzate, destacó el carácter innovador del encuentro y celebró el compromiso de todas las entidades.
“Hoy no se habló de estadísticas, sino de responsabilidades. Eso nos permitió enfocarnos en qué estamos fallando y qué debemos mejorar. El reto es eliminar las barreras de acceso a la justicia para las mujeres y garantizarles protección real”, afirmó Álzate.
Recordó que desde la Personería se cuenta con una oficina especializada para atender a mujeres víctimas, con acompañamiento jurídico, psicológico y representación en procesos ante comisarías y fiscalías.
Por su parte, la mayor Luz Adriana Larios, Coordinadora de la Estrategia de Atención a Mujer, Familia y Género de la Policía Metropolitana de Barranquilla, resaltó el trabajo que viene desarrollando la Patrulla Púrpura, un cuerpo especializado en la atención de violencias basadas en género.
“Nuestra estrategia tiene tres componentes: prevención, atención e investigación criminal. La Patrulla Púrpura conoce cinco delitos: violencia intrafamiliar, homicidio contra la mujer, feminicidio, delitos sexuales y ataque con agente químico. Atendemos casos remitidos por otras entidades, en flagrancia o reportados a través del 123”, explicó.
Aunque el enfoque del encuentro evitó centrarse en cifras, la mayor Larios confirmó que, en lo corrido del año, se han registrado cuatro feminicidios en la jurisdicción metropolitana: dos en Barranquilla, uno en Soledad y uno en Malambo.
La Mesa Morada volverá a reunirse en agosto para evaluar los avances alcanzados. Se espera que en ese momento ya se hayan consolidado las primeras acciones interinstitucionales, especialmente en torno a la integración de los sistemas de información y la definición de rutas de atención más efectivas.