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Hasta Las Nieves llegó este sábado el alcalde Alejandro Char para acompañar a los niños y adolescentes que en cada jornada reciben un almuerzo en el Comedor Comunitario del colegio Calixto Álvarez.

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Para el mandatario, la seguridad alimentaria es uno de los derroteros para cerrar brechas de desigualdad en Barranquilla, y por esta razón ha convertido la estrategia de Comedores Comunitarios una de las banderas de su gobierno.

A través de su cuenta X el alcalde Char registró la visita al comedor del IED Calixto Álvarez, colegio en el que estudió el futbolista Teo Gutiérrez, “estamos en el barrio Las Nieves compartiendo un rico almuerzo con nuestros niños en el comedor. Ya son casi 10 mil niños que disfrutan de una comida sabrosa, calientica y hecha con mucho amor en nuestros 38 comedores comunitarios. Volver a este lugar tan especial, hoy lleno de sonrisas y esperanza, nos llena el corazón”.

Reiteró que el Distrito va por buen camino en esta estrategia. “Nos alegra ver a las mamás contentas, a los niños contentos pasando un día muy especial. Estamos felices de que estos comedores comunitarios sigan creciendo”.

Más allá de garantizar una alimentación balanceada a la población más vulnerable, los comedores se consolidan como una herramienta de transformación social que beneficia directamente en el presente y el futuro de miles de niños.

Cada jornada de los sábados, además de ser una oportunidad para alimentarlos, se convierte en espacios donde también se alimenta el desarrollo integral de la infancia barranquillera.

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A través de actividades lúdicas, espacios de expresión emocional y recreación, los Comedores Comunitarios fortalecen el tejido social desde la niñez, propiciando entornos protectores, seguros, donde tienen la oportunidad de crecer, aprender y soñar.

Las jornadas, en muchas ocasiones, también incluyen espacios de autorregulación emocional, en los que los niños aprenden a reconocer y manejar sus emociones a través de ejercicios prácticos y guiados por psicólogos.

Con el trabajo articulado de las distintas dependencias de la Alcaldía, y el concurso de aliados y voluntarios que se suman cada sábado en los 38 comedores que tiene en operación el Distrito actualmente, Barranquilla avanza con paso firme hacia una ciudad más empática e incluyente, donde niños de barrios vulnerables están teniendo acceso a una alimentación digna y a un entorno que los acompaña en su desarrollo.

Para Jessica Núñez, madre de tres pequeños que se benefician con esta apuesta de la Alcaldía de Barranquilla, estos espacios les brinda a los pequeños una alimentación balanceada mientras disfrutan de actividades lúdicas que generan un impacto positivo en ellos.

“Con este espacio nos colaboran a las madres vulnerables con el beneficio de alimentos para nuestros hijos, también ayuda a que los niños se recreen bastante, se distraigan, aprendan cosas nuevas y jueguen. Este evento nos beneficia a todas las mamás y papás que quizás no tenemos la manera de acceder a ciertos alimentos en nuestros hogares. Les queremos agradecer al alcalde y sus colaboradores porque los niños se benefician tanto alimentariamente como emocionalmente con comida saludable”, señaló Núñez.

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Manos que alimentan con amor y mucho más

Entidades como Transmetro S.A.S. se sumaron como voluntarios e hicieron presencia en la Institución Educativa Manuel Elkin Patarroyo, sede 2, en el barrio Los Olivos I, donde niños y niñas participaron en actividades lúdicas y concursos diseñados para inspirar, a través del juego, la importancia de la autorregulación emocional. La jornada incluyó premios, dinámicas y espacios de integración que fueron recibidos con entusiasmo y gratitud por parte de la comunidad.

Estas acciones representan una oportunidad invaluable para seguir construyendo ciudad desde el servicio, el compromiso y la empatía.

Uno de los comedores donde hay un contagio masivo de felicidad es el Colegio Nuevo Bosque Pies Descalzos, donde la Gerencia TIC de la Alcaldía, además de entregar 230 almuerzos balanceados, acompaña con actividades recreativas y experiencias pedagógicas sobre el uso responsable de las herramientas digitales. Los niños han tenido la oportunidad de conocer sobre la tecnología Oculus, la cual les permite disfrutar de juegos de video a través de la gafas de realidad virtual.

Cada sábado es muy anhelado por los beneficiarios del comedor de la IED La Comunal del barrio Siete de Abril, donde los niños y niñas del sector acuden sin falta a la cita para deleitarse con un saludable almuerzo y aprender de manera divertida sobre habilidades para la vida, conocer sus derechos y prevenir situaciones contrarias a la convivencia.

Por medio del juego, miembros del equipo de la Secretaría de Gobierno les brindan a los menores una atención integral para su desarrollo, formándose como buenos ciudadanos y alimentándose sanamente.

Beneficios como estos, también los viven 200 niños que asisten al Comedor Comunitario del barrio La Paz, hasta donde llega el Distrito con un equipo de la Oficina de Participación Ciudadana, con comida nutritiva cada sábado.

En este comedor hay un menú que encanta, y ya lo catalogan como el favorito entre los niños: el arroz con pollo, sopa, pan y una refrescante ensalada de frutas. Los niños, además de llenar sus barriguitas quedan con el corazón contento para disfrutarse las actividades recreativas que tienen como rondas infantiles, juegos con pelota, pintucaritas, colorea tu personaje favorito, ula ula, disco volador, parqués, bolos y yaces.

En las instituciones educativas distritales El Pueblo y Libertador Simón Bolívar, la Secretaría distrital de Educación acompaña, con entusiasmo, las jornadas de comedores comunitarios, donde los niños y niñas participan en actividades lúdicas, juegos y dinámicas recreativas, disfrutando de sonrisas antes de compartir un almuerzo saludable y nutritivo.

Ni hablar de cada amanecer de sábado en el sector de La Cangrejera, donde 200 niños beneficiarios cuentan las horas para recibir las jornadas llenas de cuento, arte y música que acerca la Alcaldía con su programa de Primera Infancia. Con acciones que fomentan hábitos de higiene en los niños y niñas, entrega de kits de aseo personal y, por supuesto, compartir los almuerzos nutritivos.

Desde el corazón del Centro, en el barrio San Roque, el comedor comunitario se transforma en un espacio donde habita la alegría de los niños barranquilleros beneficiarios de la estrategia. Allí, no solo reciben alimentos, sino momentos de diversión y aprendizaje que comparten con el equipo de la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público.