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Más territorios se siguen sumando con buenas prácticas a la conservación de la biodiversidad y a contrarrestar en gran medida la deforestación de los bosques. Es el caso de los municipios de Manatí y Ponedera, en el Atlántico, donde se viene implementando una estrategia que no solo ayuda a detener la tala y uso indiscriminado de los árboles, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas tanto a nivel de la salud como en su economía.

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Muchas familias, sobre todo de las zonas rurales del departamento, por la complejidad que reviste el tema de cobertura en servicios públicos se ven obligadas –en la mayoría de los casos– a usar mecanismos no tan convencionales para el medio ambiente y la salud para ejercer sus labores diarias, como por ejemplo cocinar con leña. Un problema grave por la emisión de grandes cantidades de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera y las afectaciones a nivel respiratorio por la alta exposición al humo producido en la combustión.

Por lo anterior, surge como proyecto ambientalmente sostenible la implementación de biodigestores para la producción de gas metano a través de la utilización de las heces fecales del ganado. La Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) en conjunto con la Alianza Pública para el Desarrollo Integral (Aldesarrollo) y asociaciones de pequeños productores agropecuarios pusieron en marcha esta iniciativa con un plan piloto en seis fincas de Manatí y Ponedera.

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Beneficiario

Guido Rivera Ortega, quien hace parte del proyecto, destacó los beneficios que ha obtenido junto a su familia desde hace tres meses cuando instaló el biodigestor en una finca ubicada en el sector del ‘Diquito’, en Manatí.

Contó que antes de tener este nuevo sistema le tocaba gastar mensualmente alrededor de $100 mil para comprar pipetas de gas y así poder preparar sus alimentos. Señaló que el cilindro, en muchas de las ocasiones, no alcanzaba a completar el mes y era más el dinero que le tocaba sacar de su bolsillo para suplir dicha necesidad.

'Mi esposa no podía estar tanto tiempo expuesta al humo de la leña y nos tocaba gastar mucho dinero para comprar pipetas de gas para cocinar, pero ahora con el biodigestor nos ha cambiado mucho la vida económicamente y estoy feliz porque se maneja muy bien', expresó.

Por otra parte, explicó parte del proceso que le permite conducir, a través de un ducto, el gas hacia su ecoestufa y poder cocinar sus alimentos.

'Hay que cavar un orificio en la tierra de 3x3 y se ubica el plástico (biodigestor), luego se introduce inicialmente, para comenzar el proyecto, unos 700 kilos de estiércol de ganado que se mezcla con agua y ahí (mediante un proceso de biodigestión anaeróbica) se produce el gas. A partir de ese punto ya se procede a aplicar diario unos 50 kilos de excremento', aseveró Rivera, quien agregó que el gas producido mantiene el olor característico de un combustible y no a estiércol como muchos pensarían.

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Economía circular

De acuerdo con Jesús León Insignares, director de la CRA, el gas metano que produce este biodigestor es completamente limpio, no se genera emisiones de gases de efecto invernadero y los resultantes del proceso de descomposición de la materia orgánica son aprovechables, es decir que funciona como estrategia de economía circular.

'Con este proyecto estamos evitando la deforestación que históricamente ha alimentado, a través de la leña, las cocinas de nuestro departamento. De igual manera, proporcionamos de nutrientes a nuestros suelos con el abono orgánico del gel fertilizante que resulta del proceso anaeróbico del biodigestor', explicó.

Resaltó que esta estrategia no solo produce un ahorro en materia económica para las familias, sino también que mejora su calidad de vida, cuida y conserva los recursos naturales.

Martin Atencio, director de proyectos de Aldesarrollo, destacó que con la iniciativa de los biodigestores se apunta en dirección correcta a resolver parte de los problemas ambientales que se tienen en el departamento. De igual manera, para facilitarles a las familias el consumo de un combustible desde la ruralidad, en donde hay cierta carencia.