Es tal vez el único colombiano de la historia que ha tenido el honor de compartir de tú a tú, y casi hablarles al oído a los tres últimos papas de la Iglesia Católica.
Un orgullo y dignidad difícil de superar, y que para más señas ostenta un costeño: Monseñor Amaury Medina Blanco, nacido en Los Pajonales, una vereda de Palo Alto, corregimiento de San Onofre, municipio del norte de Sucre.
A sus 46 años el religioso hace parte del Servicio Diplomático de la Santa Sede.
Exactamente integra el equipo de la Secretaría de Estado del Vaticano, que se asemeja en lo civil a un Ministerio de Relaciones Exteriores o Cancillería.
Ha estado al servicio del entonces papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla), quien lo designó en el 2003 en la Secretaría de Estado y en el Servicio Diplomático.
Luego con el papa Benedicto XVI (Josep Ratzinger), a quien ya conocía como cardenal, y en la actualidad hace equipo con el papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio).
Aunque reconoce haber descubierto su vocación religiosa cuando era niño, al valorar el servicio pastoral que realizaba en su pueblo el presbítero Laureano Ordosgoitia; Monseñor Amaury, como ahora le llaman todos, se formó en el servicio a la Iglesia en Venezuela.
Fue en Barquisimeto, estado de Lara, donde recibió la ordenación sacerdotal.
'A los 12 años mis padres, Orlando y Aura Lina, me llevaron a Caracas. Ellos migraron a Venezuela para poder sacar adelante a los nueve hermanos que éramos, y a dos más que adoptaron', recuerda.