El lado más humano de Carlos Vives no es aquel que se escucha en sus canciones, tampoco ese que se evidencia en los discursos que dejan fascinado a más de uno. Toda su filantropía se evidencia en la Fundación Tras la Perla, esa que está cumpliendo una década llena de proyectos de impacto en barrios samarios tan populares como Pescaíto y también en las poblaciones que bordea la Ciénaga Grande del Magdalena como Los Palafitos en Buenavista y Nueva Venecia, donde están llegando con obras que proporcionan bienestar a las familias magdalenenses.
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Esta Fundación en la que además de la afamada pareja, laboran otras 22 personas, celebra sus primeros 10 años de existencia, tiempo en el que poco a poco ha hecho aportes significativos en este territorio costeño.
Para Carlos Vives, mirar hacia atrás es constatar que la semilla sembrada desde el amor por su tierra del olvido dio frutos que hoy transforman realidades. “Yo soy samario, a veces incrédulo, quiero las cosas sean para ya, pero estoy contento con el trabajo de hormiga que hace nuestro equipo, especialmente en Los Palafitos donde con obras de ingeniería muy complejas hoy esas familias tienen posibilidad de darle un mejor manejo al agua que los rodea”, afirmó el artista.
Los resultados respaldan sus palabras. En 10 años, Tras La Perla ha movilizado cerca de $5.000 millones en recursos propios, más de $12.000 millones en recursos externos y ha articulado más de 90 aliados, entre ellos CAF, el BID, The Reynolds Foundation, entre otros. Esta red ha permitido impulsar 58 proyectos y 40 programas, con 260 alianzas que han beneficiado a más de 22.000 personas, según análisis del BID.
Claudia Elena Vásquez, presidenta de la junta directiva de la fundación, y quien ha liderado la estructura metodológica de la iniciativa, destacó que el mayor aprendizaje ha sido comprender que el desarrollo no se impone, sino que se construye desde las capacidades locales. “Cada proyecto implementado, cada familia acompañada, cada niño que encuentra nuevas oportunidades, representa una semilla sembrada para ese futuro que soñamos”, expresó.
Respaldando procesos
El equipo de Tras La Perla insistió en que Santa Marta refleja los retos estructurales del país. Tensiones entre crecimiento urbano y servicios públicos, infraestructuras insuficientes, brechas culturales y educativas, y una relación frágil entre ciudad y ecosistemas.
Isabel Cristina Vásquez, directora ejecutiva de Tras La Perla, explica que la clave está en escuchar y tejer confianza: “En estos 10 años hemos trabajado basados en los sueños de Carlos, y detectamos que el verdadero desarrollo florece cuando escuchamos profundamente y reconocemos en cada comunidad los saberes que siempre han estado allí. Nuestra labor no es llevar progreso, sino acompañar procesos que nacen del territorio”.
La iniciativa ha impulsado proyectos en tres escalas: regional, ciudad y barrio. A nivel regional, destacan: Hábitat Cumbiana en la Ciénaga Grande, con acciones en infraestructura, agua y saneamiento. Además del proceso de articulación en la Sierra Nevada para proteger un territorio estratégico y biodiverso.
En la ciudad, Tras La Perla ha trabajado en programas de becas escolares, técnicas y profesionales. También implementó la estrategia ‘Ciclo Vital’, para educación integral en sexualidad y fertilidad y la construcción de la Marca Santa Marta 500 años.
“La conmemoración de los 500 años fue una oportunidad para repensar la narrativa de la ciudad. Por eso lanzamos “500”, porque quería contarle a los samarios un poco más de su historia”, detalló Vives.
A nivel de barrio, las acciones se concentran en Pescaíto, donde se consolidaron dos centros comunitarios: La Casa de la Danza y La Casa de los Pescaítos, espacios dedicados a procesos artísticos y pedagógicos. Además de un polideportivo. “Yo quiero que la perla vuelva a brillar, con nuestra fundación lo haremos, porque conocemos el sentir de nuestra gente. Ciénaga por ejemplo podrá ser una tierra del olvido, pero es rica a nivel musical. Mi papá me llevó a ese territorio por su trabajo como médico, y ahí descubrí la música, por eso les retribuyo todo eso”.
Mayor articulación
Durante el encuentro, Vives insistió en que la transformación solo será posible si todos los sectores se articulan, incluido el gobierno nacional.
También reconoció que estos años lo llevaron a defender la historia y la hispanidad del territorio: “Nunca pensé que iba a defender nuestra hispanidad. Entendí que hemos perdido una batalla cultural y que debemos cambiar relatos para contar quiénes somos realmente”.
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Por su parte, Claudia Elena señaló que uno de los grandes retos fue ordenar las ayudas. “Entender que la ayuda no es desempoderar, sino dar fuerza para que cada comunidad surja con autonomía”.


