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“Aún hay fe en la humanidad” es la frase que más repiten los internautas tras ver la escena de un conductor de bus cargando a un adulto mayor para ayudarlo a cruzar la congestionada avenida Cordialidad, en la localidad Suroccidente de Barranquilla.

La historia se conoció gracias a un video que se difundió este viernes 17 de octubre a través de las redes sociales, generando una lluvia de reacciones por parte de los usuarios de Facebook, X, Instagram y Tik Tok.

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El protagonista es Jhon Édinson Acosta, trabajador de la empresa de transporte público Alianza Sodis, quien detuvo la circulación de la ruta que tenía asignada por una buena causa: solidarizarse con una persona de avanzada edad que se moviliza a pie con el apoyo de un bastón.

El hombre frenó, descendió del vehículo y, sin pensarlo dos veces, cargó al ciudadano para atravesar con cuidado las dos calzadas de la Cordialidad, a la altura de la carrera 8, en el sector conocido como ‘La Loma del Peligro’.

Cada una de las calzadas tiene tres carriles, y en medio de motocicletas y carros que aun viéndolos cruzar en esas condiciones, no mermaban la velocidad.

El gesto, que realmente le devuelve la fe en la humanidad, llamó la atención de una pareja que se desplazaba en un carro particular. El conductor de este automotor se detuvo y la persona que se desplazaba en el asiento del copiloto grabó con su celular. Posteriormente, la pieza audiovisual se hizo pública en las redes sociales.

“Eso fue lo que yo hice, una protección para que no lo atropellara ninguna moto, ni un carro. Entonces yo me bajo, yo hago señal primero así a los carros para que hicieran paso, nada. No paraban”, recuerda Acosta en diálogo con EL HERALDO.

El emotivo relato de Acosta

Hasta la entrada de la nevada de buses de Alianza Sodis, a la altura del municipio de Soledad (Atlántico), Acosta recibió a este medio. Acababa de llegar de un viaje y aprovechó el espacio, antes de salir nuevamente, para brindar sus declaraciones.

Jhon Édinson es barranquillero, tiene 42 años y vive en la Urbanización El Parque. Toda su vida se ha desempeñado en este oficio, su padre también es transportador. Tiene tres hijos de 18, 15 y 3 años. Hace seis años laboraba en las vías de Aguachica (Cesar) hasta que el covid-19 lo obligó a regresar a su ciudad natal.

El hombre, de 1,78 metros de estatura,narra que primero lo llevaba agarrado de la mano, pero ante las dificultades para caminar, tomó la decisión de cargarlo. Lamenta la poca solidaridad de otros conductores que, viendo la escena, no les daban el paso, por lo que asegura que previamente debió cubrir dos carriles con el mismo bus.

“No sé en qué momento me filmaron, ni nada de eso, fue cuando tuve que cargarlo, pero del miedo me dijo: ‘No me cargue, porque pues me deja caer’. Yo le respondí: ‘No, tranquilo, no lo voy a dejar caer’. Yo lo cogí descuidado, lo cargué y lo iba a atravesar, pero las motos pasaban por encima y no daban paso para ayudar a cruzar al adulto mayor”, manifiesta Jhon, quien calcula que el adulto mayor podría estar entre los 70 y los 75 años.

El conductor confiesa cómo fue ese momento en que decidió bajarse del bus para ayudar al anciano. La persona que en ese momento necesitaba ayuda le hizo recordar a un ser querido a quien solía acompañar a sus diligencias para evitar que saliera solo.

“Vi reflejado en él a mi abuelo, porque yo era el que lo que la ayudaba. Él era jubilado del terminal marítimo, yo era el que lo acompañaba. Entonces le pido a la gente de corazón que tienen a sus papás, a sus abuelos que, si van a salir a hacer una dirigencia por reclamar una pastilla, que por favor le colaboren y lo ayuden. No los dejen salir solos”.

El abuelo de Jhon falleció hace 17 años, aproximadamente, pero lo lleva presente en su corazón, a tal punto de inspirarlo a realizar una obra social que ha llamado la atención de miles de personas, tanto en el lugar donde ocurrió, como en las redes sociales.

“El señor venía de reclamar unas medicinas, según me dijo. Me dijo que siempre que iba no había medicinas. Entonces yo le digo a todas esas empresas de droguería que se pongan la mano en el corazón, que un adulto mayor tenga la prioridad, porque ellos también van y duran dos horas, tres horas ahí de pie y nada y se regresan sin medicina. Entonces que les hagan llegar las medicinas a la casa de ellos”, sugiere Acosta.

Pensó que lo iban a regañar en la empresa

El transportador recuerda entre risas que por un momento pensó en que le iban a llamar la atención en la empresa, pero le dio prioridad a la seguridad e integridad del adulto mayor. Así explica las razones:

“Había pasajeros en la buseta, pero se pusieron contentos por lo que hice. Inclusive, yo cuando hice la parada ahí, cerré las dos puertas. Hasta pensé que me iban a regañar, porque dejé la buseta abandonada. Entonces, como dicen por ahí, abandoné el puesto de trabajo”.

Sin embargo, ni los usuarios de la ruta Soledad 2.000 – Corredor Universitario, ni sus superiores le llamaron la atención. Por el contrario, dice que han tenido palabras de reconocimiento, destacando el gesto que tuvo.

Entretanto, revela que su esposa y sus tres hijos vieron el video y reaccionaron con orgullo. Su hija mayor, que estudia en la Universidad del Atlántico, lloró de la emoción al observar la grabación.

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“Tengamos empatía con los demás, con el prójimo, para que nos vaya bien. En mi caso, lo volvería a hacer, por los adultos mayores, por las personas en condición de discapacidad. El peatón siempre va a tener la prioridad”, resalta.

Las palabras de Jhon Édinson Acosta confirman que su gesto no fue casualidad o coincidencia, fue una determinación que hoy respaldan la reacción de los internautas: “Aún hay fe en la humanidad”.