La infidelidad es un tema muy delicado en la sociedad, que poco a poco ha dejado ser un tema “aceptado” para convertirse en uno de los mayores motivos de divorcio en el mundo.
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Para entender de este tema, la psicóloga Sandra Rocío Guerrero Torres explicó en el programa Siempre Contigo de La FM, que la infidelidad no se reduce a un acto aislado, sino a una fractura de la confianza que sostiene cualquier vínculo amoroso.
Según explicó, este tipo de situaciones pueden considerarse una forma de violencia emocional, ya que dejan huellas profundas en la persona afectada.

“La infidelidad duele porque destruye la confianza en alguien que pensábamos incapaz de traicionar. Lo más fuerte no es el acto, sino descubrir que esa persona fue capaz de hacerlo”, expresó la especialista.
Guerrero diferenció tres modalidades de infidelidades principales: la emocional, en la que surgen lazos afectivos sin contacto físico; la sexual, centrada en el deseo; y la mixta, que combina ambas y es considerada la más riesgosa por su alto potencial de confusión.
Incluso, advirtió que una interacción digital puede generar tanto daño como un encuentro presencial: “Un mensaje por WhatsApp puede doler igual que un beso, porque lo que realmente se pierde es la confianza”, puntualizó.
¿Por qué las personas son infieles?
En cuanto a por qué la persona adopta esta conducta, aseguró que más del 80% de las personas que son infieles arrastran vacíos emocionales desde la infancia.
Asimismo, otros casos están vinculados a rasgos de personalidad como el narcisismo o tendencias manipuladoras que usan la infidelidad como forma de control.

Igualmente, la psicóloga aclaró que es posible, pero no necesariamente implica mantener el vínculo. “Podemos perdonar para soltar, pero si se decide continuar debe ser con alguien transformado y consciente, no con la misma persona que hirió”, explicó, comparando este proceso con un duelo en el que hay que transitar la rabia, la negociación y la aceptación.
No obstante, Guerrero también enfatizó en el impacto social y de género porque mientras que al hombre infiel suele dársele reconocimiento, la mujer que incurre en ello es estigmatizada e incluso violentada.
Recordó, además, que el 73% de los feminicidios en Colombia están relacionados con sospechas de infidelidad.
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“Si ya no queremos estar en una relación, lo más honesto es reconocerlo antes de hacer daño. La infidelidad es violencia emocional y debemos aprender a no reproducirla”, dijo.