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Barranquilla perdió este 11 de agosto a una de sus voces más firmes y queridas en el periodismo: Carmen Peña Visbal. Abogada penalista, estratega de comunicación, poeta y periodista de raza falleció después de luchar contra una leucemia linfocítica tipo T granular.

Durante más de 40 años, Carmen trabajó en La Libertad, El Diario del Caribe, El Tiempo Caribe y EL HERALDO, a donde llegó a ser jefa de redacción.

Quienes la conocieron coinciden en que formaba periodistas, moldeaba talentos y movía piezas en los equipos con una intuición casi infalible. Era exigente, pero estaba marcada por el interés genuino en la persona que había detrás de cada reportero.

Estudió Derecho en la Universidad Libre, pero su vocación por la comunicación la llevó a especializarse en Derecho Penal, Ciencias Forenses y Alta Gerencia, además de cursar maestrías en Comunicación Política y Gestión y Mediación de Conflictos.

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En 1992 asumió la Jefatura de Información y Prensa de la Gobernación del Atlántico, en tiempos de Gustavo Bell. Años después, su camino profesional la llevó a Bogotá, al lado del general Freddy Padilla de León, como estratega de comunicaciones de la Quinta División del Ejército, y más tarde del Comando General de las Fuerzas Militares.

Fue en ese cargo donde vivió uno de los episodios más trascendentes de la historia reciente del país: la coordinación de las comunicaciones de la ‘Operación Jaque’, en 2008, que permitió la liberación de Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y once militares y policías. También participó como asesora en los diálogos exploratorios con el ELN en 2017, en los que se lograron acuerdos en cuatro de cinco temas antes de que las conversaciones se frustraran.

Carmen también cultivó una profunda relación con las letras. Publicó siete libros, entre ellos Animal Laborans, presentado en Barranquilla en abril de 2023, dos años antes de su partida.

Quienes la conocieron saben que fue incansable. Durante su tratamiento, debía tomar 125 pastillas semanales, incluyendo cinco los domingos que cumplían la función de una quimioterapia.

Mucha humanidad

La periodista Rosario Borrero, manifestó que Carmen sabía detectar quién estaba en problemas, dentro y fuera del trabajo: “Ella se sentaba contigo, escuchaba, preguntaba, iba al fondo. Muy humanista. Si alguien estaba pasando un mal momento, Carmen lo sabía y buscaba la manera de ayudar. Tenía esa virtud de ponerse en tus zapatos, aunque estuviera en el lugar de jefa”.

Y es que era rigurosa, pero también profundamente humana. Sus decisiones para reorganizar equipos no se basaban solo en capacidades técnicas, sino en leer a las personas y ver más allá del cargo. “Tenía la virtud de decidir quién podía hacer qué y se arriesgaba con esos cambios. Y le resultaban.

Con gratitud, Borrero recuerda su paso por esta casa editorial, donde compartió junto al entonces director Gustavo Bell y Heriberto Fiorillo como editor general.

“Yo siempre había oído hablar de Carmen Peña. Sabía que era exigente y eso me llamaba la atención. Cuando llegó a EL HERALDO, yo era reportera en la sección de locales. Con ella di el salto a manejar y liderar equipos. Aprendí de edición, de estrategia, de cómo dirigir una sala de redacción. Fue un antes y un después en mi carrera”.

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Por su parte, la periodista Alix López, recuerda una frase que Carmen repetía: “Quiero retribuir lo que sé y lo que he aprendido a las nuevas generaciones”.

Su interés iba más allá de la calidad de la nota. “Carmen decía que detrás de cada periodista había un ser humano. Por eso preguntaba por las hijas, el marido, la mamá. Si alguien comentaba que un familiar estaba enfermo, al día siguiente ella quería saber cómo seguía. Y cuando podía, instaba a que se respetaran los horarios”.

Entretanto, el también colega Óscar Montes, la describe como una maestra extraordinaria y comprometida con el oficio. “Su pasión era el periodismo. Y tengo los mejores recuerdos de Carmen Peña, tanto en Barranquilla, en una época en que yo desde Bogotá mantenía mucha información sobre la ciudad, sobre Barranquilla, la llamaba, la consultaba”.