El debate sobre las bebidas energizantes

Un mensaje del tenista profesional Juan Sebastián Cabal reavivó en Colombia el debate en torno al consumo de las bebidas energizantes. 'Vergonzoso que un ministerio de la salud promueva el consumo de estas bebidas', escribió en Twitter a las 1:12 p. m. del pasado 8 de abril.

Cabal se refirió al trino que horas antes había publicado Minsalud en esa red social: 'Los energizantes son bebidas que estimulan el sistema nervioso y generan sensación de alivio frente a la fatiga, el cansancio y la falta de sueño, por eso no se deben tomar de manera regular. #EligeCuidarte | No te excedas'.

El post difundido, que después fue eliminado, estuvo acompañado de una infografía titulada 'Bebidas energizantes: ¿cómo consumirlas responsablemente?'. Al respecto, hubo respuestas encontradas. Mientras unas personas adujeron que el ministerio no promovía el consumo de bebidas energizantes, otras coincidieron con el deportista.

Carmen Carrero González, profesora de Unisimón y especialista en Nutrición clínica con un doctorado en Ciencias de la Salud, analizó varios artículos científicos centrados en estos productos y la salud humana, encontrando que varios han asociado su ingesta con efectos adversos.

'No hay evidencia científica sólida que soporte el uso de bebidas energizantes como agentes terapéuticos en las condiciones promocionadas, como mejorar el rendimiento físico, cognitivo o el estado emocional', comenta Carrero, investigadora asociada a Minciencias.

Las energizantes son bebidas no alcohólicas con ingredientes como azúcar, cafeína, taurina, guaraná, electrolitos con propiedades estimulantes acompañados en un segundo plano de aditivos, saborizantes, colorantes y conservantes.

Según Pommerening y Cols (2015), el consumo prolongado puede relacionarse con enfermedades cardiovasculares derivadas del aumento en la agregación plaquetaria, incrementándose el riesgo de sufrir arritmias e infartos.

Advierten además que los adolescentes que las consumen son más propensos a conductas de riesgo, ingerir licor y, a futuro, sustancias psicoactivas. También, a presentar síntomas de déficit de atención, hiperactividad, conductas violencias, y síntomas fisiológicos como problemas respiratorios, dolores de cabeza, malestar estomacal, insomnio, ansiedad, agitación y palpitaciones.

Los investigadores Andrés, J.; Ni˜, N.; García, N.; Fernanda, M., y Cols vincularon en 2018 a las bebidas energizantes con la somnolencia diurna excesiva, a causa de la vigilia e incapacidad de conciliar el sueño en la noche, un atractivo para estudiantes que se enfrentan a cargas académicas exigentes. 'Aunque el consumo de este producto aumenta la capacidad para estar despiertos hasta altas horas de la noche en las largas jornadas de estudio personal, se vuelve en su contra cuando presentan síntomas de somnolencia diurna excesiva por la falta de sueño', expusieron.

Carrero recalca en la importancia del descanso, en especial cuando hay un esfuerzo continuo de largos períodos sin parar. 'Nuestra energía se agota y, cuando se llega al límite, se produce la fatiga, que es la sensación de cansancio o falta de energía que en periodos prolongados desgasta, afecta la salud e interfiere con nuestras actividades cotidianas'.

Los expertos Trabulo y Cols reportaron en 2011 un caso de intoxicación por cafeína asociado al consumo de aproximadamente seis latas de una famosa marca de energizantes, en un periodo de cuatro horas. 'El paciente presentó convulsiones tónico clónicas y acidosis metabólica sin otra explicación; el paciente fue dado de alta tras su resolución'.

En otro reporte, Rizkallah halló nexos entre el consumo de hasta nueve latas de 250 ml y la recaída en estados psicóticos, en tres pacientes psiquiátricos: dos con diagnóstico de trastorno afectivo bipolar tipo II y uno tipo I. 'Tras el cese del consumo por parte de dos de los pacientes, obtuvieron una estabilidad psiquiátrica'.

Carrero sugiere que en Colombia se implementen políticas públicas basadas en evidencias sobre los efectos y el riesgo que implican las bebidas energizantes, con la finalidad de restringir su comercialización a adolescentes, además de promover actividades de educación nutricional por profesionales de la salud.

'Se recomienda a la sociedad vigilar el consumo de estas bebidas de manera descontrolada, revisando el etiquetado nutricional de los componentes que las integran y sus efectos en la salud', añadió la profesora de Unisimón.