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Se acerca la celebración del día del idioma Español, fiesta surgida con motivo de la vida y obra de Miguel de Cervantes Saavedra y su muerte ocurrida entre el 22 y el 23 de abril de 1616, según algunos debates.

Lo cierto es que cuando en 1926 se dio inicio a esta celebración se hizo con la intención de crear una fecha especial para celebrar la literatura, pero no todos los literatos fueron convocados o bien recibidos, así lo han denunciado durante casi un siglo completo las escritoras del mundo entero, sin embargo, este también ha dejado de ser un debate de género para convertirse en una realidad constante que actualmente es respaldada por diversas instituciones que trabajan a favor de la equidad de género y la libertad de prensa.

En Latinoamérica la abanderada de esta causa ha sido Jennifer Clement, quien fuera elegida como la primera mujer presidenta emérita de PEN Internacional (una Asociación Mundial de Escritores) en el 2015, quien denuncia en un informe llevado a cabo por dicha asociación en cinco países de América Latina: México, Ecuador, Guatemala, Honduras y Nicaragua; la poca representatividad de las mujeres escritoras y periodistas en la industria editorial, los medios de difusión impresos y digitales, así como en los principales festivales y premios literarios nacionales y regionales.

Del estudio se concluyó que 'solo 30 % de espacio editorial en Latinoamérica es para mujeres y que la falta de igualdades puede tener una consecuencia grave sobre la vida de la escritora'.

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¿En qué se basó este análisis?

La investigación contó con 27 entrevistas a mujeres de los diferentes ámbitos editoriales y los medios de comunicación que de viva voz opinaron sobre el estado actual de la equidad de género, y arrojando como resultado que entre las mayores causas de exclusión se encuentra su raza, lengua originaria, el estatus socioeconómico, los códigos culturales y la definición sexual o la edad, entre otros.

En Guatemala Karla Olascoaga, presidenta de la institución para este país, asegura que el cambio también recae en los esfuerzos de las nuevas generaciones de escritoras, ya sean poetas, cuentistas o novelistas, aseguran estar perdiendo el miedo a hacer escuchar su voz y sacan provecho, por ejemplo, de los beneficios que ofrece la era digital y el apoyo de publicar de manera directa en la nube o con nuevas editoriales digitales independientes que están apostando a la venta y a la calidad literaria.

Para Clement, 'Este tipo de conteo es importante principalmente porque sirve para visibilizar el trabajo de las mujeres y demuestra que se han abierto muchas brechas a través del tiempo' y también abundó en resaltar que este es un esfuerzo inspirado en el Manifiesto de la Mujer de PEN Internacional, aprobado en 2017.

Respecto a esta problemática que desde hace casi un sigo se busca 'disfrazar' de debate privado Frédéric Vacheron, representante de la Unesco en México, hace hincapié en que 'es un tema donde la primera problemática es la invisibilidad'.

Una respuesta desde Colombia

En nuestro territorio este tipo de denuncias han quedado en evidencia más recientemente en trabajos como el de la periodista y escritora Manuela Saldarriaga quien ha publicado para medios como; El Tiempo, El Espectador, entre otros y que para el 23 de abril del 2018 denunciaba en su artículo ‘¿Dónde están las escritoras colombianas?’ que gran parte la razón de dicha pregunta se debe a: 'Derechos enredados, manuscritos en manos equivocadas y una delegación misógina de la cultura'.

Al respecto, la también periodista y escritora colombiana Pilar Quintana, quien es invitada de honor a la feria del Libro de Bogotá ‘Filbo’ y ganadora del premio Alfaguara 2021, le está metiendo toda la ficha al proyecto titulado ‘Biblioteca de Escritoras Colombianas’, una recopilación de 18 libros de escritoras nacionales que serán publicados durante todo el año en diferentes librerías y bibliotecas del país, acción que considera servirá para: 'Quitar esa mirada muy condescendiente sobre la literatura hecha por mujeres'.

'Cuando empecé a leer a estas autoras y leía crítica sobre sus obras, se las trataba como: ‘ella es buena para ser mujer’, pero no les daban el lugar que merecen tener dentro de la tradición literaria', dice la escritora caleña.

De hecho, cuando Quintana, que fue reconocida el año pasado con el Premio Alfaguara de Novela, comenzó a publicar dice que 'en los editores existía la idea de que había unos temas que eran femeninos y que estos no tenían altura literaria'.

Entre los libros que leyó en el colegio menciona que 'había autores extraordinarios como Gabriel García Márquez, pero otros mediocres y malos'.

Y cuando empezó a leer a mujeres, le pareció que había escritoras extraordinarias como Elisa Mújica (1918-2003) que se merecían un mejor lugar en los libros de texto.

Por eso, le parecía justo ponerlas ahora en el foco.