“Junior me cambió la vida”
El político y empresario Fuad Char, habló con EL HERALDO de lo que ha representado el equipo rojiblanco para él y toda su familia. Contó por qué no vino Teófilo y otras historias.
Conocía mucho más de strikes y jonrones que de gambetas y goles. “Yo no sabía nada de fútbol. Lo único que jugué de pelao fue béisbol”, recuerda Fuad Char Abdala, en el centro del estudio de su casa, en el norte de Barranquilla.
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Allí, en el lugar que ríe y se enfada mientras ve por televisión las actuaciones de Junior (“ya no voy al estadio”), cómodamente sentado, con una humeante taza de café que trata de enfriar antes de llevarla a su boca, el reconocido empresario y político recuerda con EL HERALDO los días en que decidió entrar a ese mundo rojiblanco.
La idea no le llamaba la atención hasta que cedió y se dejó seducir por Alberto Mario Pumarejo, quien se resistía a la desaparición del equipo rojiblanco tras la temporada de 1971, y convocó a 40 empresarios de la ciudad para que aportaran 40 mil pesos a cambio de una especie de participación accionaria en el equipo.
“Ese sí era un afiebrado por Junior, los sentimientos de Alberto Mario por el equipo eran una cosa fuera de lo normal. Él me transmitió el amor por el equipo, por lo que representaba para Barranquilla y la región”, recuerda Char Abdala, relajado y de buen humor durante toda la entrevista.
“Las 40 empresas sumamos $1.600.000, la Gobernación aportó $500 mil y la alcaldía $500 mil. Ahí arrancó este Junior que tenemos ahora, el 2 de enero de 1972. Completamos 2.600.000 pesos y constituimos la nueva corporación”, rememora con impresionante lucidez.
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El beisbolero se convirtió en futbolero. Con el paso de los años, Fuad Char fue elevando su apuesta en el equipo y salía a responder por cada déficit anual. “Yo ponía la plata y me la reponían en acciones hasta que en 1976 quedé con la mayoría”.
Desde entonces su existencia se transformó. “Junior cambió mi vida. Desde el punto de vista de mi compenetración con la ciudad, uno como comerciante está metido en su trabajo. Yo era muy joven en el año 72, tenía 32, 33 años, ya estaba casado, ya tenía los tres hijos, pero Junior me fue convirtiendo en un hombre público”.
El club pertenecía a él, a Adelita de Char (q.e.p.d.) y a sus hijos, que le ayudaban a administrarlo, principalmente Antonio Char, a quien elogia como el más sensato y equilibrado de todos para tomar decisiones en la institución. Considera que es más cerebral que emocional.
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“Yo he sido más aficionado que dirigente. Mi hijo Antonio ve el fútbol de una manera más objetiva, más profesional. Jugó fútbol, y está metido desde 1984. Cuando a mí me nombran gobernador y me voy, el que comienza a manejar la chequera es Antonio, tenía 20 años, y todavía la maneja, los cheques los firma Antonio”, asegura el patriarca de la familia.
“Antonio tiene toda la capacidad y le tengo toda la confianza. Mientras yo estoy pensando en traer una figura, él está más preocupado del balance económico”, agrega riéndose.
Junior dejó de ser propiedad exclusiva de Fuad Char en 2008, cuando el equipo tenía una situación financiera adversa y pasó a integrar el Grupo Empresarial Olímpica, donde sus hermanos Habib, Simón (q.e.p. d.) y Farid (q.e.p.d.), y los hijos de ellos, entraron a participar y a decidir. Por eso la contratación de Juan Fernando Quintero fue un asunto que se trató en la Junta Directiva de la organización.
El ex senador espera que ‘Juanfer’ le entregue magia al Junior y la ahorre ceños fruncidos, fastidios y amarguras. Quiere llamar a los entrenadores a felicitarlos por el buen juego y no a señalarles alguna falencia del equipo, como le ha tocado hacer algunas veces, confiesa, a través de Héctor Fabio Báez, el actual gerente de la escuadra.
En la charla con este diario se refirió eso y mucho más.
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¿Ve programas futboleros de debate y lee informes sobre Junior?
Sí veo, lo que pasa es que los apago cuando están hablando mal de Junior (risas).
¿Pero sí le interesan?
Sí. Los tengo que ver.
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¿Cuál ha sido el mejor técnico de la historia de Junior?
(Sonríe y se toma su tiempo para responder). Yo diría que José Varacka. Los argentinos tienen esa capacidad y pasión… para ellos el fútbol es la vida del país.
Cualquiera hubiera podido pensar que usted iba a responder Julio Comesaña porque lo han traído diez veces. Eso debería coincidir con cuál considera el mejor. ¿Cómo es su relación con Comesaña, buena, mala o de altibajos?
Es buena, es buena. Yo traje a Julio de jugador en el año 75, jugaba en Millonarios. Se vino para acá y jugó casi cinco temporadas en Junior hasta el 80 que trajimos a Omar Alfredo Galván, que era más jugador que Julio, quien ha sido bueno como técnico. Es un entrenador con mucha experiencia.
¿La relación suya con Comesaña ha sido difícil? ¿Muchos desacuerdos?
Parece mentira, pero yo estoy teniendo más participación en Junior ahora. Antonio no es el presidente. Ahora está el doctor Alejandro Arteta (en la presidencia), pero ‘Toño’ y yo asistimos, estamos ahí. Siempre estoy tratando de traer una nota agradable, que a la gente le guste, mientras ‘Toño’ está más pendiente del presupuesto, y tiene razón… Hemos tenido técnicos muy buenos, Varacka, Comesaña, ‘Zurdo’ López, han hecho su aporte. Con el ‘Zurdo’ empezamos todo el proceso de divisiones menores y el Barranquilla FC.
¿El mejor jugador que vio en Junior?
En el 72 trajimos a Victor Ephanor, gran jugador; en 1973 traje a Wálter Machado Da Silva. Después a Verón, Tutino, Converti, Bauza. Jugadores sobresalientes. Aparte de los costeños, ‘Toto’ Rubio, Berdugo.
¿Cuál es el mejor arquero de la historia de Junior?
Delménico y Viera. Dos grandes arqueros. Delménico quedó campeón en 1977, cuando yo asumo la presidencia del club, y en 1980. Lo traje de 20 años de edad.
¿Un jugador que siempre quiso traer y no pudo?
Navarro Montoya. Lo quise traer, lo tenía negociado, y lo perdimos en el último minuto. Llegó otro equipo colombiano con mucha más plata y se la ofreció (Santa Fe). Los argentinos se echaron para atrás.

¿Cuál ha sido el mejor periodista deportivo que ha visto durante todo el tiempo que lleva en Junior?
Abel González Chávez. Era más que periodista, era una especie de sicólogo, filósofo de la vida.
¿Uno que no quiere escuchar?
(Risas). El hombre que más me ofendió a mí en la vida fue ‘el Negro’ Perea.
Pero tenían buena relación…
Cuando llega Varacka, ‘el Negro’ nos daba duro. A Varacka y al presidente del equipo nos daba durísimo. Empezó en enero, pero en abril o mayo, Perea nos llamó a invitarnos a su cumpleaños (risas). Me dice Varacka: ‘el Negro’ no tiene más amigos, mira. Los amigos del ‘Negro’ somos nosotros (risas).
¿Usted nunca le hizo un reclamo a Édgar Perea?
Él podía decir lo que quisiera de ti y después te veía y te abrazaba como si no hubiera pasado nada.
¿Usted ya no va al estadio?
No. Con la entrada mía a la política, cuando yo iba al estadio, los enemigos míos de la política, aquí en la plaza, cuando el equipo jugaba mal, me mandaban una persona para que me insultara. Una vez, ante una persona de esas groseras, de Gobernador me bajé a pelear con el tipo. Y no volví al estadio. Voy a los partidos de la selección.
¿Cómo es su reacción cuando el equipo juega mal y no anda?
Me pongo a apuntar: al minuto tal, sucedió tal cosa, este hizo tanto (risas).
¿Es de llamar a Hector Fabio Báez (gerente del equipo) y pedirle que le pase al técnico de turno?
No le digo que me lo pase, pero le digo: dile tal vaina.
¿Le manda recados?
Sí, pero Héctor Fabio no manda los recados.
¿Por qué?
No sé. Creo que le tiene mucho respeto al técnico en ese momento en el camerino.

¿Cómo es su reacción cuando hay un gol: grita o se mantiene calmado?
En 1993, en el partido Junior-América, el árbitro Fernando Panesso le anuló un gol legítimo a Valenciano. El partido continúa y yo, después de esa jugada, yo me bajo a ‘matar al árbitro’. Cuando llego a la cancha, había 5 mil personas rodeando la cancha, habían bajado igual que yo a ‘matar al árbitro’. Vino la jugada de Mackenzie, vino el gol (3-2), fuimos campeones, terminamos en una fiesta. Al final del partido, me voy donde Panesso, el tipo parado, me ve que voy hacia él y me reconoce. Le digo: oye, has venido a Barranquilla a robarnos. Se me quedó mirando y no me dijo ni una palabra. Yo quería festejar y me fui.
¿Cuál ha sido el peor momento en Junior? ¿Alguna vez pensó en tirar la toalla y venderlo?
En el 2007, cuando me nombraron embajador de Colombia en Portugal, antes de viajar, hablo con mis hermanos y entrego el equipo a la familia. Tenía obligaciones financieras. Había pensado quedarme más tiempo en Portugal. Fue una decisión de quererme alejar y entregarle la responsabilidad a otro, que no fuera solo Antonio, que pudiera compartir con el resto de los socios.
¿No pensó en venderlo?
No había nadie interesado. No hay nadie que se le mida.
¿Si un grupo económico ofrece comprar a Junior cuánto valdría?
Somos una fábrica de jugadores. Si vendiéramos un jugador como Lucho Díaz cada año, sería una empresa que valdría mucho dinero.
¿Cuánto calcula usted que vale el club? Diga una cifra
Junior tiene propiedades, allá en Solinilla hay entre 15 y 20 hectáreas, son tierras urbanizables. En Bomboná tenemos 30 o 40 hectáreas. Junior es un equipo que tiene su patrimonio.
¿Alguna vez alguien se ha acercado con reales intenciones de comprar a Junior?
No.
¿Qué piensa usted cuando escucha o lee que dicen que los Char tienen a Junior como una herramienta política?
(Risas). Llegamos a Junior antes de la política. Yo no existía como político en el 72, en el 77, en el 80.
¿Le molesta que digan eso?
No.
¿Cómo lo toma?
Desde afuera lo pueden tomar de esa manera. Nosotros siempre estamos interesados en tener un equipo competitivo. Siempre queremos producirle a la afición una noticia agradable, como la noticia esta de ‘Juanfer’, que ha sido agradable para la gente, sobre todo como terminamos el torneo pasado. Había que hacer algo de esa naturaleza, de esa forma.

¿Algún día lloró por Junior?
No, ese tipo de emociones no.
¿Ni le quita el sueño tampoco?
Si me quitara el sueño y me hiciera llorar, me hubiera ido hace rato (risas).
¿Y el día que Jarlan Barrera botó el penalti en la final de la Copa Sudamericana?
Esa es una de las razones por las que me molesto con Comesaña, porque todos los jugadores le decían que Jarlan no, Jarlan no. Rafa Pérez y todos.
¿Le decían que no pateara?
Estaba hablado. Comesaña ya no estaba en Junior en ese partido, ya había renunciado, Jarlan también, era el último partido de Jarlan. ¡Era la final de la Copa Sudamericana y la teníamos ganada!
¿Usted reclamó eso?
Nunca. Ni a Comesaña ni a Jarlan.
¿Jarlan tiene las puertas cerradas en Junior?
No, yo no diría eso.
La gente lo declaró como enemigo deportivo de Junior…
Si la gente no lo quiere, yo no lo traigo.
¿Usted si escucha las peticiones de la gente?
Claro que sí, el tema de Juan Fernando Quintero es porque la gente quería que lo trajéramos, aunque esté por encima de los salarios que uno puede pagar.
¿Y en el caso Teófilo?
Teo tuvo muchos problemas con compañeros. El día que íbamos a jugar a Chile, con Coquimbo, en los cuartos de final de la Copa Sudamericana, Teo lideró una especie de huelga discutiendo los premios y otras cosas, pero yo estuve a punto de traerlo. Si no se hubiese presentado lo de ‘Juanfer’, lo hubiese traído. El técnico lo aceptaba, pero ya con ‘Juanfer’ y con el equipo que hemos armado, ya está bueno.
Primera vez que alguien de Junior habla sobre el problema que hubo entre ‘Teo’ y Junior. ¿Es verdad que ese día él tuvo un encontrón con usted, que lo empujó, o insultó a Antonio Char?
No. No. Ellos estaban tratando de aprovechar la situación, que hubo problemas. Tuvimos medio equipo con covid. No sé. Fueron temas de esa naturaleza que pasaron en ese momento. Yo fui al estadio, el equipo estaba ahí porque se iba al aeropuerto a viajar en un chárter.
¿Usted llegó al Metropolitano a solucionar la situación y ahí hubo un cruce entre usted y Teófilo Gutiérrez?
Teo fue el vocero de la situación, no era él sólo, estaban Mera, Viáfara, Hinestroza, todos estaban: ‘vea, don Fuad, ya que hemos sufrido tanto, denos un premio, ¿cuánto pagan por el partido en Coquimbo?’. Pagan 500 mil dólares, les respondí. ‘Nosotros queremos esos 500 mil dólares. ¡Cójanlos!
Con el tema Teófilo también tuvo que ver el hecho de que estuvo lesionado en los dos últimos meses de su contrato en Junior…
No, eso no.
Usted dijo en una entrevista con EL HERALDO que creía que ‘Teo’ había mandado a pintar las paredes de la sede administrativa del equipo. ¿Eso tuvo que ver?
No. Si lo dije no tenía pruebas.
Y eso no no incidió ahora, de hecho acaba de decir que lo iba a traer…
Yo lo iba a traer. Si no se hubiera hecho lo de Juan Fernando Quintero lo hubiera traído. Nos hacía falta un jugador de esas características, no lo teníamos. Espero que ‘Juanfer’ nos dé esa respuesta.
¿Cómo vería usted a Teo en el Unión?
Ojalá. Él quiere seguir jugando, de pronto el año entrante lo traemos.

¿Usted tiene cuentas en redes sociales?
No. Hay alguien que utiliza mi nombre. Yo estoy desconectado de las redes, yo soy un ignorante para el manejo de esas cosas, mi señora me tiene que estar ayudando permanentemente, se me bloquea el WhatsApp, lo apago y lo prendo nuevamente.
¿Cómo se enteró que había un usurpador de su nombre?
Ya me habían comentado hace rato varias personas, pero me dicen eso, que no dice cosas extravagantes, que es moderado, más moderado que yo, por lo menos en esta entrevista.
De los jugadores de Colombia con nombre, ¿a cuál tiene en mente para traer: Muriel, James, Falcao, Cuadrado?
Los quisiera más jóvenes. Juan Fernando tenía 29 años cuando lo trajimos (risas).
¿Cuál es el sueño de Fuad Char con Junior?
Fortalecer las divisiones menores. Eso tiene que ver con toda la estructura futbolística nuestra: Barranquilla FC y Junior.
¿Qué le aconsejaría a un empresario que le diga que quiere comprar un equipo en el fútbol colombiano?
Si tiene mucho dinero lo dejaría que hiciera lo que quisiera. A mí se me acercó un amigo barranquillero y me dijo que estaba tratando de organizar un grupo para comprar el Deportivo Pereira. Yo le dije: no te metas en eso, esto no es fácil. Coger el Pereira de cero y tratar de funcionar con una afición como la que tiene el Pereira te compromete.
¿Le quitó la idea de la cabeza?
No sé si le quite la idea de la cabeza, pero por lo menos no lo hizo. Estaba pensando en algo que le pudiera dar resultados financieros, pero le dije que no era fácil.
Junior se ha mantenido en el tiempo como un equipo protagonista del fútbol colombiano. ¿Cuál ha sido la clave de esa constancia?
El respaldo financiero. Esto de las propiedades en Solinilla y Malambo son inversiones grandes que necesita un club de la categoría del nuestro para funcionar y tener la posibilidad de contar en el futuro con jóvenes profesionales del fútbol. Ya estamos avanzados en esto. Con las ventas significativas como las de Luis Díaz y Chará, jugadores que nos produjeron entre los dos más de 20 millones de dólares, hemos tenido una consolidación financiera bastante importante.
La gente dice que Fuad Char está obsesionado con ganar la Copa Libertadores. ¿Eso es tan así?
No. Yo conozco nuestras limitaciones. Mientras recibamos por transmisión de televisión 500,000 dólares al año y los brasileños 200 millones y los argentinos 100 millones, siempre va a ser de ellos el torneo.
