Daniel Quintero es consciente de que su nombre genera amores y odios. La derecha lo rechaza y la izquierda, donde milita en la actualidad, también tiene sus reparos. Sin embargo, el exalcalde de Medellín no declina en su intención y se mantiene firme en su precandidatura de cara a las elecciones del 2026.
Oficializó su aspiración presidencial cuando quizás los demás precandidatos del Pacto ya le habían tomado ventaja. ¿Qué lo motivó?
Pues fue, en efecto, una decisión que pensé con mucho detenimiento. Vi un poco también las resistencias internas; algunos de mis compañeros no tenían problema con que me metiera en la consulta cuando iba de cuarto o quinto, pero en la medida en que empecé a crecer en las encuestas y los alcancé, sí. Creo que este proyecto tiene que continuar y que se debe elegir al candidato que va a enfrentar a la derecha de roscas de este país en segunda vuelta. Entonces, no era una decisión que se pudiera dejar al aire.
¿Por qué un importante sector de la izquierda no lo quiere?
Yo soy un tipo raro que incomoda no solo a la derecha, sino a algunos sectores de izquierda tradicionales que han creído que solo desde Chapinero en Bogotá se puede hablar de izquierda. Es un centralismo aplicado también a la izquierda que le ha hecho mucho daño al crecimiento del progresismo en nuestro país y que el presidente mismo ha rechazado y, de alguna manera, ha pedido que reflexione. El sectarismo, el tratar de sacar a otros, a veces como estrategia política, solo nos vuelve más pequeños. Pero también yo vengo con ideas nuevas, novedosas, innovación, creatividad, muchos jóvenes, y cuando uno irrumpe de esa manera, cuando el objetivo es crear una revolución, pues genera choques tanto adentro como fuera.
El presidente Gustavo Petro no se ha inclinado públicamente por ningún precandidato del Pacto, pero con usted ha tenido algunas señales, al menos en redes sociales, ¿usted lo toma así?
(Risas) Yo estoy haciendo campaña para que voten todos los colombianos por mí, incluido el presidente Petro, y creo que vamos bien en ese camino. Queremos ganar y no solo ganar, sino ganar de forma contundente. Mi misión es ganar las cuatro: la consulta de octubre, la de marzo, la de mayo y la de junio, para que este proyecto siga.
¿Cuál es el rival más fuerte dentro del progresismo?
Yo soy el más fuerte del progresismo hasta ahora. Pero yo creo que Cepeda puede ser el candidato que recoja a una izquierda más tradicional, llamémosla así. Nosotros representamos una izquierda más joven, moderna, progresista.
Luego está Roy Barrera en el Frente Amplio...
Roy será un candidato muy importante para la segunda etapa. Apenas ganemos esta, si Dios quiere, y entendiendo que tengo rivales fuertes, que será mi misión vencer; si yo pierdo esta, pues salgo de la carrera electoral y me pongo a esa ayudar.
¿Y en la derecha?
Yo, en la derecha, creo que Vicky Dávila sigue siendo la candidata más fuerte. Le sigue Abelardo.
Por otro lado, la comisión de ética del Pacto Histórico deberá tomar una decisión con respecto a usted por los procesos judiciales en su contra. ¿En qué va eso?
Yo estoy listo para enfrentar cualquier cuestionamiento; lo he hecho durante toda mi carrera. No hay un candidato al que hayan tratado de tumbar más que a mí. Que le hayan hecho más atentados a su vida y a su ejercicio político y de libertad también jurídica.
¿Cuáles son sus principales propuestas para el país de cara al 2026?
Yo no quiero cambiar una cosa, yo quiero cambiar el país. Y por eso yo no hablo solo de cambiar o la educación o la salud o el empleo, sino de resetear la política.
De transformar todo lo que tenemos hoy en nuestro país llamando a una constituyente. Hay que resetear el Congreso, que es la madre de todos nuestros males. Ahí es donde se concentran los mayores, no solo focos de corrupción, sino trabas para el cambio en nuestro país.
¿Cómo ve al Gobierno?
El presidente es el mejor presidente de la historia. Ha manejado bien las cifras económicas, eso no lo tengo que decir. Dicen los economistas. El dólar está bien, la inflación está bien, la tasa de desempleo, con excepciones como Barranquilla, está bien. Sin embargo, al gobierno le ha faltado. Yo pretendo ser la vitamina para el gobierno. Meterle acelerador.