El Consejo de Seguridad de la ONU debate mañana sobre la situación en Venezuela en una reunión de emergencia que tiene lugar tras los ataques de Estados Unidos a lanchas presuntamente vinculadas al narcotráfico y la interceptación de varios petroleros frente a las costas del país caribeño.
Fue Venezuela quien pidió expresamente una reunión con carácter de urgencia a este órgano de las Naciones Unidas, solicitud impulsada por el bloqueo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los buques petroleros sancionados que salgan y entren del país suramericano.
La reunión del Consejo de Seguridad permitirá a los países miembros analizar la situación y evaluar posibles medidas colectivas, aunque la presidencia no ha precisado aún los temas concretos que se debatirán ni si habrá participación de representantes de Caracas.
De la reunión no se espera la adopción de resoluciones vinculantes, debido al poder de veto de Estados Unidos como miembro permanente del Consejo de Seguridad, pero sí un debate político en el que varios países, entre ellos Rusia y China, aliados de Venezuela y también miembros permanentes, podrían llamar a la desescalada, al respeto de la soberanía y al uso de la diplomacia para evitar un agravamiento del conflicto.
De momento, el debate, que comenzará a las 15:00 hora local (20:00 GMT), aparece descrito en la página web de la ONU como un “informe sobre Venezuela” y las “amenazas a la paz y la seguridad internacionales”.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió hoy a países de América Latina y el Caribe y a los miembros de la Asamblea General de la ONU que el bloqueo tendrá un impacto en la economía mundial.
En concreto, Maduro indicó en una carta leída hoy por el canciller venezolano, Yván Gil, que esto afectará al suministro de crudo e “incrementará la inestabilidad de los mercados internacionales”.
Más de 100 muertos en ataques a lanchas
La tensión entre ambos países se incrementó el pasado septiembre, cuando EE.UU. comenzó a atacar a lanchas presuntamente vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, unos ataques que ya se han saldado con la vida de más de 100 personas.
La Casa Blanca asegura que su objetivo con esta ofensiva es frenar la entrada de drogas en EE.UU. y que la designación terrorista del Cartel de los Soles, que acusa a Maduro de dirigir, autoriza al Gobierno a defenderse legítimamente de su amenaza.
A esto se suma que el pasado sábado el Gobierno de EE.UU. interceptó en aguas del mar Caribe otro petrolero con bandera panameña llamado Centuries, que trasladaba crudo venezolano a refinerías de China.
Esta es la segunda embarcación interceptada en el Caribe por la Administración Trump, que la semana pasada incautó el buque Skipper y confiscó el crudo que transportaba.
Además, el domingo el Gobierno estadounidense inició una “persecución activa” para interceptar a un tercer tanquero, el Bella 1, según confirmó a EFE un funcionario estadounidense.
De acuerdo con esta fuente, el Bella 1 es un buque sancionado “de la flota clandestina que forma parte del esquema ilegal de evasión de sanciones de Venezuela”.
En el mercado de petróleo, esta situación ha sembrado el temor entre los operadores a posibles interrupciones en el suministro, y además dispara las dudas sobre la economía de Venezuela, país miembro de la alianza petrolera OPEP, que depende de la exportación de crudo.




















