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Nicolás Maduro, jefe del régimen de Venezuela, adoptó nuevas medidas de seguridad desde septiembre, cuando Estados Unidos incrementó su despliegue militar en el Caribe. Así lo reportó ‘The New York Times’ este martes, citando a siete fuentes cercanas al círculo cercano del mandatario.

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De acuerdo con el periódico, Maduro comenzó a modificar sus hábitos luego de que Washington enviara buques de guerra a la región y efectuara bombardeos contra embarcaciones presuntamente usadas para el tráfico de droga.

Entre las medidas más fuertes se encuentra el cambio frecuente del lugar donde pasa la noche y la sustitución regular de su teléfono celular, con el objetivo de evitar un “posible ataque de precisión o una incursión de fuerzas especiales”.

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El refuerzo de su esquema de seguridad también incluye mayor presencia de guardaespaldas cubanos y la incorporación de agentes de contraespionaje de ese país dentro del Ejército venezolano. Estas acciones, según The New York Times, buscan reducir “los riesgos de traición” dentro del aparato estatal.

Las fuentes consultadas describieron una “atmósfera de tensión y preocupación” entre los colaboradores más próximos al mandatario. No obstante, el propio Maduro ha intentado mostrar calma mediante constantes apariciones públicas.

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Sin embargo, esas presentaciones también han cambiado. “(Maduro) ha reducido su participación en actos programados y transmisiones en directo, y los ha sustituido por apariciones públicas espontáneas y mensajes pregrabados”, señaló el medio estadounidense.

Opciones de salida del poder: negociaciones sin resultados

El ‘Times’ también reveló que, desde principios de año, representantes de Donald Trump y de Nicolás Maduro han discutido posibles mecanismos para que el líder chavista abandone el poder.

Las conversaciones no han prosperado, lo que —según la publicación— llevó a una intensificación de la presión militar estadounidense.

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Una de las alternativas planteadas incluía que Maduro delegara el mando en uno de sus colaboradores “antes del final del mandato de Trump en 2029”. Otra propuesta era convocar un referendo revocatorio en 2027, previsto en la Constitución venezolana. En caso de perderlo, el mandatario entregaría el poder a su vicepresidente, quien posteriormente llamaría a elecciones.

La llamada con Trump y las condiciones de Maduro

Además, esta semana se conocieron nuevos detalles sobre una conversación telefónica entre Maduro y Trump realizada el 21 de noviembre, que duró menos de 15 minutos, según ‘Reuters’.

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En ese diálogo, Maduro manifestó estar dispuesto a dejar el poder siempre y cuando él y su familia recibieran amnistía legal completa. También pidió:

  • Eliminar todas las sanciones impuestas por Estados Unidos.
  • Poner fin al proceso que adelanta la Corte Penal Internacional (CPI) en su contra.
  • Levantar las sanciones a unos 100 funcionarios de su gobierno.

Trump rechazó las solicitudes y dio al mandatario venezolano un plazo de una semana para abandonar el país junto a su familia “al destino de su elección”. Ese plazo, afirman fuentes citadas por ‘Reuters’, expiró el pasado 28 de noviembre.