Los chilenos votaron –en una histórica jornada de carácter obligatorio– por el NO a la propuesta del presidente Gabriel Boric de una nueva Constitución, cargada de propuestas y reformas sociales, pero ello no significa que no quieran un cambio en su Carta Magna.
'Se ha vendido hace ya algunos meses la idea de que la correcta manera de interpretar los plebiscitos que se han realizado en Chile es que, en el caso de rechazarse como el domingo, lo que se está rechazando es el texto que propuso esta convención, pero lo que no se ha rechazado es el hecho de que la ciudadanía quiere una nueva Constitución', indicó a EL HERALDO Nicolás Freire, cientista político y académico de la Universidad Central de Chile.
En ese sentido, Marcelo Montes, doctor en relaciones internacionales de Argentina, asegura que se debe tener en cuenta 'que los chilenos han adoptado posicionarse de nuevo en el centro político y todo esto es producto de un proceso que llevó tres años –incluyendo la pandemia– tras las protestas en 2019. Esas convulsiones tenían un justificativo que tiene que ver con la enorme desigualdad que tenía el modelo económico de Chile a partir de la Constitución del 80 y toda la continuidad democrática que hubo después de Pinochet'.
Para Montes, lo que pasó el domingo fue el resultado de que ese proceso constituyente estaba derivando en un proyecto de reforma bastante 'utópico, delirante e irreal que terminó por atemorizar a la sociedad chilena y, obviamente, también el sistema político tomó sus precauciones¨.
'Un gobierno paralelo'
Según el doctor en relaciones internacionales,' el golpe fue duro para Boric no solamente por el resultado, sino también porque se había generado como una especie de gobierno paralelo. Yo creo que la derrota a Gabriel Boric lo pone de nuevo en una encrucijada, lo más probable es que él tenga que optar por un cambio moderado en las reformas que quería hacer en sectores como salud, en educación y una revisión en la previsión social. El presidente tendrá que dialogar con la oposición, hay que ver con cuál sector de esa oposición también. Así que lo más probable es que Chile enderece su rumbo y se tenga que adaptar a ese sendero más centrista'.
Con Montes coincide Mauricio Jaramillo, docente de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, quien asegura que 'Para Boric queda la opción de un llamado a la unidad nacional y escoger entre tres caminos: aprobar por leyes, es decir, no hacerlo a través de reformas sino de leyes que pasarán por el Congreso; el segundo es hacer reformas a la Constitución, pero a través del Congreso, es decir, no por leyes sino cambiando artículos y, el tercero sería convocar a una nueva convención constitucional. Esto último yo creo que es casi descartable porque sería muy dispendioso'.
De igual forma, Jaramillo afirma que la derrota en Chile no es un tema de ideologías. 'No creo que sea un tema de ideologías, es un tema de expectativas. El ánimo de las protestas del 18 y 19 de junio se perdió. En segundo lugar fue muy difícil concretar semejante cascada de demandas: medio ambiente, derechos de los animales, derechos sexuales y reproductivos, mujeres, matrimonio igualitario, eutanasia, nuevo rol del Estado en la economía, y era difícil cumplir y me parece que no se cumplieron las expectativas de la gente. Creo que es más un tema de cómo revisar esa indignación'.
Coincidir posturas por el país
En cambio, para Freire ese cambio moderado parece ya estarse delimitando, pues los partidos políticos del país han llegado a un acuerdo transversal, o por lo menos han manifestado tener esa intención de que esta Constitución que tenemos hay que cambiarla.
'En ese sentido hay un acuerdo transversal o hay una coincidencia de postura, ahora lo que se viene es, a partir justamente del día de hoy (ayer) cuando Boric citó a dirigentes de la Cámara y Senado, y posteriormente citará a los presidentes de todos los partidos con representación parlamentaria, porque lo que se viene es el diseño de ese proceso, es decir, el cómo se va a estructurar el llamado a una nueva convención para que la ciudadanía elija sus representantes y qué características va a tener', explicó.
El académico asegura que ese proceso no debería tardar más de una o dos semanas. 'Por otra parte, yo diría que lo central es que este proceso va a conservar algunas características de la Convención anterior, por ejemplo, no me cabe duda de que va a ser paritaria y que va a ser electa por la ciudadanía, también va a tener representación de pueblos originarios, es decir, en ese sentido se va a parecer mucho al anterior, pero también ciertamente va a diferir en muchas cosas: es probable que no se permita la constitución de listas de independientes, que está hoy día sindicado como una de las principales causas de por qué la Convención fracasó con el texto que elaboró'.
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Gabinete de voces moderadas
Este mismo lunes y tras reunirse con Boric, el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto, miembro del Partido por la Democracia (PPD), que forma parte del Ejecutivo, confirmó que 'va a haber un cambio de timón en la conducción del Gobierno, porque hay que cursar el golpe respecto de lo que ha ocurrido ayer'.
Para Marco Moreno, decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, un escenario que se proyecta es que la centro izquierda penetre al interior del comité político, la instancia más cercana al presidente. 'En la nueva configuración de gabinete tendrá que haber mayor presencia de ministras y ministros cercanos o militantes de este sector para demostrar con hechos que el presidente leyó adecuadamente que la ciudadanía está por cambios graduales', indicó Moreno.
Entre los nombres que se barajan para la conformación se encuentra el de la ex alcaldesa de Santiago Carolina Tohá, del PPD, una política salpicada en el pasado por casos de corrupción; el del actual subsecretario de Manuel Monsalve, del mismo partido, y la actual jefa de gabinete de Siches, Ana Lya Uriarte, del PS y cercana a la expresidenta Michelle Bachelet.
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'Chile no es un espejo para Colombia'
Tras los resultados de la jornada electoral en Chile, han aflorado las dudas sobre si Colombia debe ver el caso del país suramericano como un espejo que pueda reflejar su situación. Sin embargo, analistas coinciden en que no hay nada más lejos de la realidad.
'No hay que ver, insisto siempre, en que lo de ayer fue una victoria de la derecha. Gustavo Petro obviamente busca en sus primeros meses de gobierno enviarle un mensaje a sus seguidores para que se mantenga el apoyo. Pero yo no me pondría a ideologizar este resultado. Esto debe verse como una especie de temor de la sociedad chilena en ir demasiado rápido, demasiado profundo en cambios. La sociedad necesita renovarse, pero no cambiar hasta anularse', menciona a este medio Marcelo Montes, doctor en relaciones internacionales de Argentina.
De acuerdo con el experto, 'la constitución del 80 seguramente pronto requerirá reformas y las han estado haciendo a lo largo del tiempo, tal vez no al ritmo que la sociedad quería, pero tampoco al abismo de este proyecto constitucional. Esto no es una locura. Eran sectores que no tenían ni siquiera representación política sistémica, por lo que se hace evidente que Chile no es ni Bolivia ni Colombia ni Perú, países absolutamente diferentes a pesar de ser todas naciones latinoamericanas'.
Por último, el doctor en relaciones internacionales argentino señaló que no comparte la mirada ideológica de Petro ni de muchos analistas que, insiste, 'creen que ayer ganó la derecha, pero no es eso ni nada que se le parezca'.
