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Al presidente estadounidense Donald Trump le gusta jugar al golf, pero su pasatiempo preferido es Twitter. Y aunque es un fanático declarado de los deportes en general, los atletas también están entre sus oponentes favoritos en este megáfono ahora de 280 caracteres.

El mandatario, que viajó a Florida (sureste) para celebrar Acción de Gracias, retomó el miércoles sus encontronazos con figuras del football americano y del básquetbol, recurrentes desde que llegó a la Casa Blanca.

¿El blanco de los ataques ahora? LaVar Ball, el empresario de Los Ángeles padre de tres prodigios del básquetbol que se hace llamar 'Big Baller' y cuyo hijo mediano, LiAngelo, fue arrestado en China junto con dos compañeros de equipo de la UCLA por robar un par de gafas de sol.

'No fue la Casa Blanca, no fue el Departamento de Estado, no fue la llamada de LaVar a gente en China lo que salvó a su hijo de una larga sentencia de cárcel - FUI YO', tuiteó al cuestionar que el empresario no se lo agradeciera lo suficiente.