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Mujer e Igualdad

Mujeres picoteras le dan ‘play’ a una industria incluyente

‘Barbie Perreo’, ‘Anny la Pechy’ y ‘Nessa Dj’ son tres exponentes de la influencia femenina en la cultura picoteril contemporánea.

Al ritmo del “Raka taka taka” golpeaba con las manos la pared, la puerta, la nevera y cualquier superficie a su paso. Creció en el barrio Montes, y se le había vuelto costumbre escuchar por esas calles a famosos picós que llegaban los fines de semana a animar el vecindario. Stefany Gómez Martínez, siendo tan solo una niña, le generaba curiosidad las placas (estridentes frases con efectos especiales del picó) que retumbaban sus oídos. “Aquí suena” era el grito de batalla picotera que antecedía una pista musical.

Barbie Perreo

Desde los 13 años Stefany fue afianzando estas destrezas tras la tornamesa por sus propios medios. Hoy con 32 años es conocida como ‘Barbie Perreo’.

“Yo me le escapaba a mi mamá para ir a ver a los picoteros tocar. En mis adentros quería ser como ellos pero me decían que no, que eso era para hombres, que no había salido una mujer que hiciera eso con lo que yo soñaba”.

Como sus mayores referentes tenía a tres picoteros que fueron su inspiración y después sus maestros que la “han ayudado, defendido e impulsado”.

Gómez solía comprar los CD que reproducían los videos de ellos tocando en vivo en las populares verbenas. Admirada, apreciaba el “brusco” movimiento de las manos de un lado a otro en la barra de sonido SK5 (piano).

Stefany aprendió de su padre que “nunca se debe subestimar a una mujer” porque siempre dan “sorpresas”.

En esa línea cuenta que “poco a poco” se ha ganado el respeto de su público, y con estilo propio se ha destacado en el gremio de los picoteros. Actualmente hace parte del turbo El Inmortal Solista y realiza presentaciones en distintas partes de la ciudad contagiando a los amantes de esta cultura musical. También es integrante del dúo The Caribbean Queens, de la potente máquina de sonido El Gran Siboney.

‘Barbie Perreo’ lleva 18 años en el mundo picoteril. John Robledo

Nessa DJ

Tiene 22 años y es graduada en Gestión Bancaria. Hace más de tres meses Yulieth Vanessa Olivo le dio play a su afición por la música, ella entendió que lo suyo era el mundo picoteril, los bajos, medios y brillos para poner a bailar a la gente.

El apoyo de su padre, Mario Moreno, “el picotero de la cuadra”, ha sido fundamental para impulsar el proceso de formación de Yulieth, o Nessa Dj, como la conocen sus seguidores.

Los que la han visto en acción dicen que aprende rápido, que vibra con las canciones que programa, la música la “mueve”.

Desde pequeña, cuenta, ha desarrollado un buen oído y retentiva.

Ella es la Dj del dúo The Caribbean Queens. Se encarga de poner a rodar los vinilos que colecciona como tesoros, “reliquias”.

Reconoce que es nueva en este medio y que aún tiene mucho por aprender, sobre todo las historias que hay detrás de las canciones.

Menciona que ha aprendido sobre los ‘piconemas’, que hace referencia a una pista cuyo nombre en el mundo picoteril tiene otro título más popular. Por ejemplo, ‘El satanás’ o ‘La bollona’, cuyos títulos originales son Tantina y Mobali Na Ngai Wana.

“Me introduzco tanto en el disco que al momento de hacer mis shows lo vivo y lo siento intensamente (...) Somos pocas las mujeres que tocamos en picós, pero a veces me siento un poco nerviosa al momento de estar en una presentación porque estoy manejando los LP y no estoy en computadores o con memoria USB, lo que hago es más convencional”, indicó la joven.

Tanto ella como Barbie Perreo, dicen sentir una gran responsabilidad al representar al género femenino detrás del turbo. En medio de sus intervenciones en discotecas o bares entablan una conexión con los asistentes, a los que complacen con uno o varios temas que se adapten a su repertorio.

En este intercambio de peticiones las picoteras son tajantes al decir que “nunca” han sentido “ningún tipo de acoso o falta de respeto” por parte del público, sin embargo, son cuidadosas con el trato con ellos para evitar malas interpretaciones. Detrás de ellas también hay personal de seguridad que respalda al equipo.

‘Nessa Dj’ programa las pistas en la tornamesa. John Robledo

‘Anny la Pechy’

Con más de 500 vinilos en su colección, Ana María Pérez controla detrás del tornamesa las canciones que hacen parar de la silla al público.

Programa, mezcla y pone a dar vueltas el tocadiscos. Sin miedo al “qué dirán” se pone sus audífonos que la hacen estremecer al ritmo de la música.

‘Anny la Pechy’ tiene 36 años de los cuales 10 ha dedicado a la cultura picoteril. Desde su adolescencia no se perdía un baile de bazar o una verbena.

Hace ocho años quedó desempleada. Con el apoyo del dueño del picó El Mundy, conoció de cerca el medio y se encendió su chispa como “la auténtica costeña” que se le mide a todo.

Es locutora

‘El show del vacile’ es el programa radial que conduce a través de una emisora virtual. En el espacio suenan clásicos salseros, champeteros y otros ritmos africanos aclamados por los seguidores de esta cultura.

En El Mundy su llegada ha marcado un antes y un después. La participación de una mujer es una novedad, destacando que Ana María es la administradora del turbo.

En las populares verbenas es “feliz” viendo cómo la gente disfruta bailar.  “Algunos hombres lo ven raro porque somos muy pocas. A muchos espectadores les gusta la programación de las mujeres”, afirma la artista que fusiona su labor de madre con su mayor afición.

Nuevos aires

 Para Julio Cesar Lobo, músico y dueño de El Gran Lobo, de alguna manera las mujeres no han estado del todo invisibilizadas en el mundo picoteril. Menciona que cuando hay mujeres detrás de estas organizaciones musicales, ellas toman decisiones que el resto acata. Son una mente creativa.

“Que la mujer entre al mundo del picó programando música aporta una sinergia bonita porque ella le da cierta suavidad”, indica el músico.

Impartir estos conocimientos para Lobo es fundamental ya que así es más fácil seguir promoviendo la integración de las mujeres en el universo picoteril que sirve como puente para exaltar las capacidades de ellas y dar nuevos aires a la cultura.

‘Anny la Pechy’ se presenta junto a El Mundy Turbo. John Robledo
El legado de una cultura

Los picós han logrado introducir sonoridades musicales de todo el mundo en sus repertorios. Colosos parlantes pintados según el gusto de sus dueños, generalmente combinan colores como verde, amarillo y naranja, todos fosforescentes.

Julio Cesar Lobo detalló que desde los orígenes de la cultura picotera, los hombres de los barrios populares de Barranquilla competían con sus equipos de sonidos para dar el título del que fuera el más potente.

“Todo en un picó es exagerado, desde el color hasta las placas. Marca rudeza. Antes su código de comunicación no podía ser sutil, tenía que ser imponente y atrevido. Siempre tiene que decir que es el número uno (…) Esa exageración que lo identifica hace que en su momento fuera muy masculino, pero las cosas han cambiado”, añade Lobo.

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