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'¡Alto, a discreción!', esas son las palabras con la que se dirige a su grupo de auxiliares en formación la Comisario Liliana del Rosario Santis Montenegro.

Tiene una voz dulce, pero de mando. En sus ojos se refleja bondad, transparencia; es una mujer ejemplar en la Policía Metropolitana de Barranquilla, no sólo por el rango que tiene y lo que ha logrado, sino por su dedicación y esfuerzo a la hora de formar nuevos prospectos en esta institución donde el lema es ‘Dios y Patria’.

Santis Montenegro ingresó a este organismo el 25 de enero de 1993, una fecha que tiene bastante clara en su memoria. Alega que gracias a un primo que estaba en la Policía decidió integrarse a ésta, ya que le habló de las bondades y el papel que tenían las mujeres en aquella época, a través del grupo de menores. A la comandante esto lo motivó, ya que afirma le gusta 'trabajar' en pro de formar a los niños y los jóvenes.

Actualmente se dedica a eso, instruir y educar con disciplina a aquellos lozanos que sueñan con tener una mejor calidad de vida por medio de la institución del uniforme verde oscuro en la Policía Metropolitana de Barranquilla a través de su centro de instrucción y que muchos de éstos pasan a ingresar a nivel de patrullero en la Escuela de Policía Antonio Nariño, en Soledad.

'Esto ha sido muy importante en mi vida, llevo cuatro años en este proceso de formación de los jóvenes. Ellos ingresan a la institución queriendo salir adelante y formarse en sus valores; muchos de éstos tienen problemáticas y se les motiva a continuar', dijo la Comisario en charla con EL HERALDO.

Sus alumnos en la institución reciben todas sus instrucciones y mandatos con respeto. Valoran que no sólo se muestre como la autoridad que es, sino que a la vez denota esa sencillez y humildad como madre, como mujer.

'Más que una comandante la considero como una madre, me inculcó mucha disciplina y respeto; valores. Cuando nos encontrábamos en el servicio militar, teníamos bajones –que eso muy seguido se presenta- ella nos daba ese apoyo y nos motivaba a salir adelante en esta carrera profesional', dijo Brayan José Gonzáles, uno de los 36 ex auxiliares, que se encuentra haciendo proceso para convertirse en patrullero.

Se siente feliz

Veintinueve años en la Policía es su pergamino a mostrar. Su sonrisa se hace más curva cuando habla de su rol en esta institución, en la que las mujeres cada vez más toman un papel trascendental. Se muestra orgullosa.

'Ser mujer es importante, me siento feliz. Son 29 años en la institución, prácticamente desde mi juventud trabajando con vocación y amor en pro del mejoramiento de los jóvenes. Significa bastante porque es un valor agregado, es nuestra imagen como mujer donde desempeñamos un papel. Además los ayudo como madre en la parte motivadora, psicosocial y los inculco a que avancen', complementó.

Se define como 'una persona noble, de buenos sentimientos, trabajadora, sincera, en lo posible la transparencia', esta última palabra, según ella, la ha llevado hasta donde está hoy en día: siendo una mujer baluarte en su rango y en la de instruir a aquellos que confían en sus enseñanzas en la Policía de la capital del Atlántico.

‘Mamá de los auxiliares’, ese el apelativo que le han dado sus estudiantes, pues ella los acoge con amor, siempre les brinda una sonrisa, pero claro, también les habla con carácter para mantenerlos ‘a raya’.

Mujer ejemplar

Debajo de ese uniforme, que luce con porte y orgullo, hay una mujer sencilla, íntegra. También es abogada y madre de dos hijos.

'Mi Comisario es una mujer guerrera, ejemplar, excelente comandante. Antes de ver el uniforme, vemos ese ser y esa persona que nos inculcó y reforzó ciertos valores que ya teníamos desde casa, igualmente nos puso un cimiento en ese entonces para la actualidad que es hoy, y tener esa formación policial para seguir sirviendo a la comunidad', expresó a esta Casa Editorial Danikel Acosta, del curso 056 de la escuela de Policía.

A esas afirmaciones se unió el estudiante Jair Andrés Jiménez Mccausland, quien ahora va en busca de ser profesional en la Policía.

'Es una excelente persona, debajo de ese uniforme — y de ese grado que tiene muy merecido — es una excelente mujer que debería tener demasiados reconocimientos por la calidad de persona que es. Es alguien que no te puede negar una sonrisa, una palabra de aliento. Fue una mujer muy influyente en el proceso que yo tuve dentro de la institución como auxiliar', manifestó el estudiante Jair Andrés.

Labor ejemplar

Varios años trabajó en la parte administrativa de la Policía y 'a raíz de la antigüedad y como mujer que soy en el grado, he tenido la oportunidad de formar estos muchachos, en lo cual recibo todas esas cargas emocionales, he visto necesidades por parte de ellos, los saco adelante cuando siento que ellos quieren desfallecer; lucho por un mejor bienestar'.

En esas anécdotas a lo largo de su ejemplar carrera como mujer policía, Liliana recuerda cuando ayudó a un auxiliar con cosas de primera necesidad y al irlo a visitar a su vivienda y ver su entorno con miembros de la Policía de prevención ciudadana y red de apoyo, les nació 'llevarles regalos a los niños' en un sector del municipio Soledad. Dice que se 'hizo una campaña bien bonita con diferentes jóvenes en lo que se les dio apoyo en su trascendencia como adolescentes'.

'Me ven como madre, pero también como superior porque también tengo mi carácter y tengo que encauzar la disciplina y formarlos para que cumplan con ese régimen que hay en la institución. Me he puesto como psicóloga, amiga y hasta de doctora corazón; sé que muchos de ellos lo valoran', agregó la comandante.

La Comisario Liliana Santis confía en que así como ingresó por la puerta grande de la institución también salga de igual manera por ésta. Cuando acabe su labor de formar nuevos prospectos en la Policía se dedicará a la abogacía y estudiar una maestría en prestaciones sociales.