Señales que indican que su gato está enfermo
Problemas digestivos, inmunodeficiencia felina y hasta mal de rabia pueden poner en riesgo la vida de su felino.
Desde las civilizaciones antiguas los gatos han tenido un lugar importante en el hogar. Cabe recordar que en el Antiguo Egipto eran asociados a la protección.
En la actualidad, los gatos son animales de compañía que también sirven para el control de plagas. Quienes tienen un felino en su casa podrán estar un poco más tranquilos con respecto a la presencia de ratones.
Pero al igual que el resto de especies, estos felinos domésticos no dejan de ser susceptibles a enfermedades. Cuando el gato empieza a sufrir algún malestar, su comportamiento cambia. “Cuando se enferman se vuelven un poco letárgicos e introvertidos”, explica la médica veterinaria Laura Mendoza.
“Otro de los síntomas que suelen presentar los gatos cuando se enferman es la inapetencia”, explica.
Una de las recomendaciones que ofrece la experta es que cuando se dé la falta de apetito y esta esté acompañada de pérdida de peso lo mejor es acudir donde un veterinario que identifique cuál es el problema que está afectando al animal.
“Además de la pérdida excesiva de peso hay que estar pendiente si se da un efecto contrario, es decir, que el felino presente un aumento”.
La médica veterinaria indica que una de las formas de identificar que el gato está sano es que al tocarlo se le sientan las costillas.
“Cuando esto no sucede es posible que el animal de compañía esté padeciendo de sobrepeso y también es un campanazo de alerta para acudir al veterinario”, dice.
Si usted observa que la frecuencia con la que su gato orina aumenta y/o nota que consume más agua de lo común es probable que esté presentando indicios de diabetes o problemas renales.
“Si usted nota un cambio en la ingesta de agua o ve empapada la bandeja sanitaria más a menudo lo más recomendable es pedir una cita con su veterinario de confianza”, puntualiza.
Teniendo en cuenta que el veterinario pedirá la cantidad exacta de agua que bebe el felino diariamente, lo mejor, según Mendoza, es que intente calcular la ingesta de líquidos del animal de compañía por lo menos en un periodo de 24 horas previo a la cita.
Vómitos
Encontrar bolas de pelo del gato es común entre los dueños, pero es preocupante si se dan de manera frecuente.
Cuando el gato vomita la comida o expulsa sangre, el cuidador debe encender las alarmas y llevar al animal de inmediato donde el veterinario.
“Los vómitos cuando van acompañados de letargo, depresión, diarrea o pérdida de apetito son señal de un problema que puede ser más grave. Ante esto tampoco es mejor esperar y se debe llevar al animal de forma inmediata donde el veterinario”, sugiere la experta en mascotas.
Deposiciones y orina. Las heces y la orina también pueden ayudar al cuidador a identificar anomalías en el animal de compañía.
“Si el felino emplea la bandeja sanitaria con mayor frecuencia a la habitual o si su materia fecal es de aspecto muy duro, demasiado blando o líquido, tal vez esté enfermo. También hay que verificar que si tiene muchos pelos, hace fuerza para defecar o lleva varios días sin hacer deposiciones, lo más probable es que esté sufriendo de estreñimiento”.
De acuerdo con la experta esto puede suceder por un cambio en la dieta, pero es mejor consultar a un profesional para salir de dudas y evitar algún tipo de complicación.
Los gatos también pueden presentar problemas para orinar ya que hay enfermedades que afectan su vejiga y uretra, estos males pueden hacer que el animal utilice de manera más frecuente la bandeja sanitaria o que tenga que ponerse de cuclillas para orinar sin evacuar. Otro síntoma que indica que el felino está registrando problemas urinarios es que cuando se dispone a evacuar el líquido emite maullidos agudos. “Hay que estar alerta también si la orina presenta sangre, esta es una señal de un problema más grave”, dice.
Para la especialista en salud animal hay que tener un cuidado especial si el gato es macho porque la incapacidad de orinar puede poner en riesgo la vida del animal.
Problemas articulares
Si nota que su mascota cojea, anda más lento que lo habitual o presenta rigidez a la hora de ponerse en cuatro patas o al recostarse es posible que tenga una afección en sus huesos o sus articulaciones. En este caso también se le debe explicar al veterinario lo que sucede con el animal de compañía.
En ningún caso, según la experta, es recomendable medicar al gato sin una asistencia médica previa.
Inmunodeficiencia Felina
Una de las enfermedades que más afecta a los gatos es el llamado “sida felino” (VIF). Esta enfermedad es transmitida, según explica Mendoza, por vía “fetoplacentaria desde la madre o mediante contacto con sangre, generalmente por lamido o mordedura”. La mayoría de gatos que adquieren la enfermedad lo hacen después de peleas callejeras, por eso se recomienda la esterilización y habituar al animal a que duerma en casa.
La experta indica que un gato no trasmite esta enfermedad a los humanos y que hay que tener claro que este virus es exclusivo de esta especie. “Solo infecta a los gatos”, dice.
Agrega que no es necesario aplicar la eutanasia al gato sino hasta la fase final de la enfermedad. Los gatos pueden portar el virus por muchos años sin presentar síntomas de la enfermedad, explica Mendoza. El VIF puede producir en su fase sintomática malestares como gingivitis, pérdida de peso, disminución del apetito, fiebre, conjuntivitis, vómitos y diarrea.
Rabia
Aunque es menos frecuente que en los perros, a los gatos también les da mal de rabia. Para contagiarse, el felino debe haber estado en contacto con la saliva de un individuo infectado ya sea a través de mordedura, rasguño o una zona expuesta. En los animales de compañía esta enfermedad desencadena en la muerte. Cabe recordar que tras infectarse, el felino doméstico morirá luego de un periodo de incubación que va entre tres a cuatro días.
