Lo que parecía ser una hidrocefalia en una pequeña de tan solo 1 año terminó siendo una sorpresa para los padres, los médicos y para el mundo entero.
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Los problemas motores, el no poderse sentarse y el constante crecimiento de su cabeza que ya llegaba a las 56 centímetros se lo achacaban a la enfermedad neurológica. Sin embargo, para los padres la preocupación aumentaba y la llevaron hasta un centro asistencial donde le realizaron el chequeo médico y análisis de rutina.
El resultado: existía una masa anormal al interior de su cabeza y esta poseía huesos.
El caso fue reseñado por especialistas de la revista especializada Neurology de la Academia Americana de Neurología en un artículo científico. Todas las afectaciones que sufría la menor eran consecuencias de un feto que estaba dentro de su cráneo y, de hecho, ya había desarrollado extremidades superiores, uñas y más.
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A este atípico caso se le denomina 'fetus in fetus' donde en el útero se fusionan los dos fetos y uno de ellos crece dentro del otro, en este caso la madre de la niña, originarios de China, que esperaba gemelas solo tuvo a uno y la otra se alojó en la cabeza de su hermana.
'Se propone que el 'fetus in fetus' intracraneal surja de blastocitos no separados. Las partes unidas se desarrollan en el cerebro anterior del feto huésped y envuelven al otro embrión durante el plegamiento de la placa neural', señaló el doctor Chunde Li, del Hospital Tiantan de Beijing en su publicación médica.
El extraño y poco común fenómeno se extendió por un año hasta la extirpación del feto que se había convertido en un parásito evitando la muerte de la niña. Durante ese periodo de tiempo compartieron sangre y como crecía, aumentaba la presión sobre el cerebro de la bebé causándole los síntomas mencionados.
Casos como estos son catalogados como poco comunes, ya que se producen aproximadamente en uno de 500.000 nacidos vivos, según explicó Federico Lubinus, médico radiólogo, al diario El Tiempo.
