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El último reporte de Responsabilidad Global 2018 de Bertelsmann Stiftungy y Sustainable Development Solutions Network muestra que Colombia está en el penúltimo lugar de Suramérica en el cumplimento de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), solo por encima de Venezuela.

El índice de avance en el cumplimiento de los ODS es un valor de 0 a 100 que indica cuál es la situación actual y los esfuerzos de cada país. Colombia tiene un índice de 66,6 que lo ubica en el puesto 74 a nivel mundial y en el 9 en Suramérica. Suecia ocupa el primer lugar a nivel mundial con 86 y Chile a nivel suramericano con 72,8. A pesar de que este índice mejoró respecto al 2017, cuando era de 61,3, aún existen grandes retos para consolidar una estructura de desarrollo sostenible en las ciudades del país.

Durante esta semana, en Uninorte se realizó el Simposio Internacional sobre los ODS, en donde se discutieron los avances que ha presentado el país en las distintas áreas contempladas. 'Este es un compromiso de responsabilidad social, que las discusiones que se den aquí sirvan de guía para una acción social. Estamos en una región que tiene los niveles de ingresos más bajos de Colombia y eso tiene que cambiar', manifestó Adolfo Meisel Roca, rector de Uninorte, durante la apertura del primer simposio.

Uno de los objetivos en los que menos cumplimiento se evidencian en Colombia es el de desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles, que apunta a que las ciudades sean inclusivas, seguras y sostenibles. El Consejo Nacional de Política Económica y Social de Colombia, en cooperación con el DNP, han planteado la Política Nacional de Edificaciones Sostenibles, que busca la inversión y el fomento para la construcción de edificaciones bajo criterios de sostenibilidad a 2025. Para el cumplimiento de la política se destinarán aproximadamente $579 mil millones entre 2018 y 2025.

Para Alexander Niño, profesor de la Escuela de Urbanismo y Diseño de Uninorte, lo principal es reconocer que debemos llevar los consumos energéticos y materiales a un punto óptimo. Esto significa circulación adecuada, límite de consumo de territorio y mejorar la eficiencia en compartir los recursos.

El manejo ineficiente de recursos es otro factor que no permite la consolidación de ciudades sostenibles. Niño plantea que se puede promover desarrollo bajo modelos urbanos cerrados y autónomos en los que se optimiza el consumo de tal manera que se disminuyen los desechos y se fomenta la generación de recursos.

El profesor sugiere la creación de ecosistemas metropolitanos que permitan entender las ciudades como un producto orgánico, en el que la creación humana y el desarrollo urbano es amigable con la naturaleza. 'Se debe pensar en un 'nuevo paradigma de organización urbana con la que se pueda consolidar una relación de reciprocidad con los recursos naturales'.