Con Wilmar Barrios en modo Rambo, con Yerry Mina comandando la defensa como general de mil soles y poniéndole orden a Neymar, con Carlos Cuesta como un centinela que ni siquiera parpadea y con David Ospina como piloto de la fuerza aérea volando de palo a palo, Colombia dio la batalla y salió viva de su desafío con el flamante Brasil al igualar 0-0, este domingo en un estadio Metropolitano Roberto Meléndez casi lleno.
El empate sabe a gloria. No es conformismo, no es mediocridad. Colombia blanqueó y le sacó un puntazo de oro al líder invicto de la Eliminatoria, que traía puntaje perfecto a Barranquilla.
Neymar y su combo solo sabían ganar en el clasificatorio rumbo a Catar-2022 hasta que se encontraron con este pelotón de gladiadores que, con errores y virtudes, dejaron todo en la cancha y lucharon hasta el último minuto por sumar puntos para asistir a la cita ecuménica.
Aunque el primer tiro al arco lo hizo Colombia, un zapatazo rasante de Juan Fernando Quintero tras aprovechar una confusión entre Neymar y Fabinho, la realidad es que hubo más preocupación y trabajo en el área de David Ospina que en la de Alisson.
A Brasil no le importó el calor ni la presión de la tribuna. Haciendo valer su jerarquía y condición de líder con puntaje perfecto, agarró las riendas del partido de inmediato y con un toque tranquilo, pero precisó y efectivo, dominaba y avanzaba en bloque para sorprender en cualquier momento con una puñalada de Neymar o la aparición intempestiva de cualquiera de sus hombres en los espacios libres.
Los dirigidos por Reinaldo Rueda no lograban una sucesión de pases que les permitiera sacudirse del sometimiento visitante. Luis Díaz, con su habilidad trataba por la izquierda de rebelarse, pero una golondrina no hace verano. Estaba demasiado solo y sin amparo del árbitro Patricio Loustau, que no pitaba cualquier fricción y daba continuidad al cotejo.
Falcao también intentó y con su juego aéreo y garra se ganó algunos balones para emprender escapas sin final feliz.