Aficionados “otoñales” (así llama este articulista deportivo a los caballeros que andamos por la cincuentena de la vida) nos dicen que quedaron encantados con el relato que hicimos del trepidante combate entre Firpo y Dempsey y nos piden que brindemos más detalles sobre la vida de este par de gladiadores tremendos y hasta tremebundos. Finalmente nos piden contar lo que sepamos acerca de por qué una pelea como la que protagonizaron no tuvo la revancha “que se caía sola”, según sus palabras textuales.
El combate no se repitió por diversas dificultades. El promotor Tex Richards debió acuñarla, pero no lo hizo y nadie sabe por qué. La gran mayoría de los hombres de boxeo sostenían que, salvo la botada del ring de Dempsey por un violentísimo derechazo de Firpo que Dempsey posteriormente decía que “no se perdonaba no haberlo pasado”, Firpo no era pollo para Dempsey como este lo demostró, tumbándolo 7 veces y noqueándolo en un segundo asalto.
Firpo tuvo buena trayectoria antes de medirse con Dempsey, ganando todos sus combates; ya después su figura declinaba, hasta cuando volvió a Buenos Aires. Luego cometió la torpe equivocación de querer volver al boxeo, después de 10 años de retiro. Y escogió de contendor al entonces jovencísimo Arturo Godoy, quien lo zarandeó totalmente, lo llevó de un poste a otro y lo noqueó en 3 asaltos, desvaneciendo la gran figura que Firpo había dejado en Estados Unidos.
De Jack Dempsey qué podemos decir que no hayamos dicho en 62 años de periodismo deportivo? Sin margen a duda ninguna, fue un fenómeno, no solo en el campo boxístico, sino también en el orden físico. Con solo 185 libras de peso, esto es, un peso completo incompleto, pegaba como no se ha vuelto a ver, noqueando a contendores que le llevaban 65 libras (caso Jess Willard), 40 libras, caso Firpo. En un librito de medidas que alguna vez tuvimos,
Dempsey tenía mas biceps en sus brazos que Max Baer (210), Joe Louis, 208, Schmeling 198 libras de peso. Y en el tamaño de sus muñecas también los aventajaba. Si por allí no andaba la razón de su tremenda pegada! debió haber estado cerquita.
Tenía además un punch pérforo-cortante, como el que hacen las armas blancas. A Jess Willard le voló 4 dientes, le fracturó 3 costillas, y lo mismo hizo con un pómulo. Esa pelea está llamada “La Carnicería de Toledo”. A Fred Fulton, gran peso completo, lo noqueó en 14 segundos, un récord en el boxeo. Salió de su esquina y le tiró un recto que le pegó en la frente y le produjo conmoción. “Creí que lo había traspasado”, dijo Dempsey, bromeando inadecuadamente con un hecho así. Esto es, grosso modo, una silueta del apodado “Ciclón de Alabama”.
Caballeros, están complacidos.
Palestra deportiva
Por Chelo De Castro C.