Caraballo confirma su recuperación y Barranquilla FC sigue invicto

Va en franco crecimiento. Barranquilla FC ratificó su buen momento y derrotó 4-1 al Deportes Quindío, el viernes en la noche, en el estadio Romelio Martínez, en la quinta jornada de la Primera B.

En cinco minutos de inspiración y contundencia, los dirigidos Nelson ‘el Rolo’ Flórez liquidaron a los cuyabros, que son conducidos por el ex juniorista argentino Óscar Héctor Quintabani.

Carlos Cantillo, a los 17 minutos, a través de un tiro libre rasante que se desvió en la barrera, descorchó el marcador para los dueños de casa. Es el tercer tanto del buen volante magdalenense que había convertido dos en la victoria 2-1 ante Cúcuta en el estadio General Santander.

Los visitantes se pellizcaron con el tanto en contra y comenzaron a trabajar en pro de la igualdad, la cual hallaron en una bonita acción al minuto 39. El paraguayo Juan Villamayor mandó un centro perfecto desde la derecha hacia el segundo palo, al borde del área chica, donde apareció Alexis Romaña con un cabezazo bien direccionado, lejos del portero Cristian Santander, que antes había ahogado el grito de gol quindiano.

El primer tiempo bajó el telón con el 1-1 en el marcador, pero en la etapa complementaria Quindío fue arrasado en esos cinco minutos huracanados del ‘Quilla’. Ricardo Caraballo, a los 52 y a los 56, y Stiwart Acuña, a los 57, anotaron las dianas que sentenciaron la victoria.

Caraballo, que tuvo un primer semestre opaco en la selección Colombia sub-20 y en el Barranquilla FC, confirmó su recuperación y redondeó su segundo doblete en cinco partidos. Ya había logrado uno en el triunfo frente al Real Cartagena, en el estadio Jaime Morón.

Su primer tanto contra Quindío fue una gran jugada colectiva que finalizó con un pase-gol de Stiwart Acuña, de esos de ‘toma y métela’, que Caraballo definió de primera, con un toque sutil.

El tercero fue obra de Stiwart, sobrino de Émerson ‘el Piojo’ Acuña. Otro rápido contraataque que el jugador de 24 años acompañó en el segundo palo para facturar el venenoso centro que le lanzaron desde la izquierda.