A Dwayne Johnson lo hemos visto serlo todo: el héroe indestructible, el tipo que detiene un terremoto con un brazo o que conduce un camión sobre un puente colapsando. Pero en La máquina, su nuevo proyecto con A24, ‘La Roca’ se permite algo que rara vez ha hecho en pantalla: quebrarse. Dirigida por Benny Safdie, el mismo detrás de Uncut Gems, esta cinta lo lleva a una zona donde la fuerza se confunde con el dolor, y la gloria con la autodestrucción.
Lea ‘Cuando el cielo se equivoca’, una comedia celestial con Keanu Reeves
Basada en la historia real del luchador Mark Kerr, pionero de las artes marciales mixtas y miembro del Salón de la Fama de la UFC, la película sigue al atleta desde su apogeo en los noventa hasta su colapso por la adicción a los analgésicos. Kerr fue un coloso dentro del octágono y un hombre fracturado fuera de él.
“Vi el documental en 2008 o 2009 y me conmovió profundamente”, recuerda Johnson sobre The Smashing Machine: The Life and Times of Extreme Fighter Mark Kerr, la producción de HBO que lo inspiró. “Sabía que quería contar su historia con respeto, mostrar no solo al atleta sino al hombre que casi pierde todo por mantenerse en pie”. El actor compró los derechos a través de su productora Seven Bucks y durante años buscó el tono adecuado hasta que encontró a Safdie, un director que entiende el caos como un lenguaje propio.
Safdie vio en Johnson algo más que una estrella de acción. “Hay una gentileza en Dwayne, algo que siempre está escondido detrás de su imagen pública”, dijo el cineasta. “Cuando me habló de Mark Kerr, supe que veíamos lo mismo: un gigante con alma frágil, un hombre que sonríe mientras se desmorona por dentro”.
Aquí ‘Teléfono negro 2’ y una nueva llamada al terror
El resultado es un biopic que se aleja de la épica deportiva para acercarse a la tragedia íntima. La máquina no celebra las victorias: se detiene en las derrotas, en los silencios posteriores al golpe, en el camino solitario desde el ring hasta el vestidor.
Safdie resume diciendo: “Uno aprende más de las pérdidas que de los triunfos, porque la derrota te obliga a vivir con ella, a procesarla, y ahí es donde el ser humano empieza a trabajar de verdad”.

Un amor que también pelea
En medio de todo hay una historia de amor que arde y sangra. Emily Blunt interpreta a Dawn Staples-Kerr, la pareja y luego esposa del luchador. Lejos del arquetipo de “la mujer detrás del campeón”, Blunt construyó un personaje con voz y heridas propias. “Sabía que Dawn merecía ser contada con verdad”, dice la actriz. “Hablé con ella personalmente porque no quería reproducir la versión del atleta famoso, sino entender su dolor y su fortaleza”.
Además Los Premios Platino se celebrarán el 9 de mayo con 12 nuevas categorías
Safdie filmó las discusiones domésticas como si fueran combates. Las cámaras se mueven con el mismo pulso nervioso que en las peleas del ring. “Los enfrentamientos verbales entre Mark y Dawn son otra forma de combate, tan violentos y agotadores como los físicos”, explica. Y Blunt lo confirma: “Durante esas escenas sentías que el aire se cortaba. Era como si estuviéramos en el octágono, pero con palabras”.
Johnson y Blunt, amigos cercanos desde Jungle Cruise, se reencuentran aquí en un registro opuesto. Ella lo describe como “una transformación total”: “La primera vez que lo vi caracterizado como Kerr, no reconocí su rostro ni su energía. Había desaparecido The Rock. Era otro hombre, más pesado, más vulnerable, casi triste”.
El cambio fue literal. Johnson pasó horas diarias en maquillaje bajo la supervisión del artista Kazu Hiro (ganador del Oscar por Darkest Hour y Bombshell), que le aplicaba quince prótesis diferentes y una peluca diseñada para resistir las peleas reales que rodó sin doble. “Benny no quería cortar durante las escenas de combate”, cuenta Johnson. “Me dijo que no usaríamos dobles, que tenía que hacerlo todo. Sabía lo que significaba: dolor real, pero también verdad real”.

La fuerza de la autenticidad
El lema en el set era “As Real As It Gets”, tomado de una camiseta que Safdie recibió de su esposa. Y todos lo tomaron como un mandato. Los combates fueron diseñados con precisión quirúrgica, replicando peleas auténticas del circuito Pride en Japón y de la UFC en los años noventa. “No queríamos coreografías espectaculares ni heroísmo hollywoodense. Queríamos la crudeza de la época en que esto era el Lejano Oeste”, explica el director.
La cámara, dirigida por Maceo Bishop, se mantiene fuera del ring, como un espectador privilegiado que apenas logra ver entre los cuerpos. Safdie impuso una regla: “El ring es para los luchadores, la cámara nunca entra. Nosotros observamos desde afuera, peleando por ver mejor, igual que el público”. Ese principio convierte cada secuencia en un acto de voyeurismo brutal, casi documental.
Para Mark Kerr, ver su vida revivida fue una experiencia tan conmovedora como extraña. “Cuando me llamaron para decirme que harían una película sobre mí, no lo creí”, confesó. “Y cuando supe que Dwayne y Emily estaban involucrados, sentí una mezcla de orgullo, gratitud y miedo. Pero al final, más que una película, hicimos una familia”.
Lea Un vistazo al ídolo: La serie documental sobre Juan Gabriel, en Netflix, estrena su tráiler
El filme, además, rinde homenaje a la comunidad de luchadores que acompañaron a Kerr: Ryan Bader, otro campeón de MMA, interpreta a su mentor Mark Coleman, mientras que leyendas como Bas Rutten y Oleksandr Usyk aparecen en pantalla, difuminando la frontera entre ficción y realidad.
“The Smashing Machine es una carta de amor al MMA, a los vínculos entre los peleadores, y también a todos los que han luchado contra sus propias adicciones”, dijo Johnson. “No es una película sobre ganar, sino sobre resistir”.

Una mirada íntima al coloso
Para Safdie, filmar a Johnson en esta faceta fue una revelación. “Dwayne trabajó como si no tuviera nada que demostrar, solo que entender”, comenta. “Le pedí que se viera menos como una roca y más como un hombre que se ablanda con el dolor. Y él me respondió: ‘Sé exactamente lo que quieres’”.
Aquí ‘Las locuras’, la película de Rodrigo García sobre salud mental en un “mundo podrido”
El propio Kerr lo resume con franqueza: “Yo no era un buen tipo en ese momento. Perdí el rumbo. Pero escuchar a Dwayne hablar de mi historia con tanta compasión me hizo sentir comprendido, no juzgado”.
La película se estrena con el sello inconfundible de A24, productora que ha hecho de lo arriesgado una virtud, y que apuesta por Johnson en su papel más introspectivo. No hay en La máquina redenciones fáciles ni discursos de superación: hay sudor, lágrimas y una humanidad desbordada.
“Cuando pierdes, aprendes quién eres realmente”, dice Safdie. “Y eso es lo que buscábamos: mostrar la belleza de caer y levantarse sin espectáculo, solo con verdad”.
Además Carmen Villalobos: “Yo llevo mi tierra con orgullo; siempre digo que soy barranquillera”
Con La máquina, Dwayne Johnson se libera de su propia leyenda. Ya no necesita ser el hombre más fuerte del mundo: le basta con ser, por primera vez, el más humano.