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La erosión, el vandalismo y la falta de mantenimiento han provocado la desaparición de un 10 % de la Gran Muralla china, un tramo que no es transitado por turistas en la provincia de Hebei en el noreste del país asiático.

De los 21.000 kilómetros que constituyen la Gran Muralla, casi 2.000 han desaparecido, según fuentes de la Administración Estatal de Herencia Cultural del país asiático. Tan solo un 8,2 % del tramo de la muralla se mantiene en buen estado, según un estudio difundido por China Great Wall Society (CGWS), una organización dedicada a su conservación y protección.

Las paredes de la muralla podrían colapsar durante las lluvias torrenciales debido a la erosión, algo que ya ocurrió en 2012 y que provocó la caída de más de 30 metros de pared, según explicó el director adjunto de la organización, Dong Yaohui, al diario ‘Beijing Times’. Algunos ciudadanos chinos que viven cerca de la parte 'salvaje' de la muralla también han robado ladrillos que poseen caracteres grabados en ellos y que tienen cierto valor en el mercado negro (entre 6,5 y 8 dólares por unidad). Las autoridades chinas anunciaron la semana pasada un proyecto para restaurar la parte más antigua de la Gran Muralla.