No hay que buscar un ataúd ni tampoco una hamaca. Junior no se encuentra muerto ni de parranda. Está vivito y luchando, pero no está para armar un Carnaval, no se puede relajar, no se debe confiar, no se debe dormir.
La derrota 3-1 ante Santa Fe en Bogotá (que solo le dejó buenas sensaciones a Julio Comesaña) y el empate 0-0 ante Once Caldas (que tiene un amargo sabor a derrota) no dan para declarar una crisis, pero sí es hora de encender un poco las alarmas, teniendo en cuenta que en la actual Liga solo avanzan cuatro equipos a la siguiente fase y el margen de error es mucho menor que cuando hay ocho clasificados.
La preocupación de la hinchada y la prensa, más allá de los resultados, surge porque están pasando los partidos y Junior todavía no encaja las nuevas piezas y no va evolucionando en su funcionamiento.
Sí, ya sabemos que no es fácil engranar un equipo prácticamente nuevo, y que se han tenido varias adversidades como lesiones, suspensiones, jugadores en selección Colombia sub-23 y rivales que vienen a defenderse con ‘línea de 11’, pero, de todas formas, se debería ir notando un progreso en cada juego.
Mientras se logra consolidar un buen rendimiento colectivo las individualidades deberían marcar diferencia y ser la tabla de salvación. Hay varias por debajo del nivel que se espera de ellas. Ese aspecto también resulta es bastante inquietante.
Sí, sabemos que se requiere un tiempo de adaptación, que el calor, que la ciudad, que esto, que lo otro y tal, pero igualmente se necesita que exista una mejoría personal a medida que se van jugando los partidos.
Es comprensible que se demore el armado de un nuevo onceno, pero no el mejor desempeño de cada uno.
Ya la Liga lleva cinco fechas y ya se acerca el debut en la Copa Libertadores (el miércoles 4 de marzo, a las 7:30 p.m.) ante un Flamengo que empezó el 2020 tan enchufado y ganador como terminó el 2019, con continuidad en su cuerpo técnico (encabezado por el portugués Jorge Jesus) y en el grupo de jugadores (solo transfirieron al defensa español Pablo Marí, al Arsenal, y al juvenil Reinier, al Real Madrid). Así que es mejor poner desde ya la alerta amarilla en Junior.