
Circo democrático
Es el momento para que un nuevo liderazgo asuma el poder presidencial, se necesita reparar el tejido social maltratado por las “hienas del erario”, quienes históricamente no se cansan de morder la hacienda pública.
Estar en campaña política alrededor de 40 precandidatos presidenciables no es indicador de un sistema de gobierno más democrático, lejos de significar la existencia de una democracia, material, participativa y sólida, más bien representa, la decadencia de una clase política moribunda, que bloquea ante la inminencia de su pérdida de poder y el colapso del sistema.
Ante tal “circo democrático”, la Nación colombiana siente vergüenza ajena, producto de esa clase política desvergonzada, que históricamente no se turba de ánimo, ni se sonroja por sus faltas y acciones deshonrosas, mediante las cuales la ha humillado sistemáticamente y a quienes en definitiva no representa.
Para entender la situación es pertinente tener en cuenta que el DANE, después de las elecciones presidenciales de 2018, verificó la encuesta de Cultura Política en 19.795 hogares, y, consultó a 43.156 ciudadanos en todo el territorio nacional. A continuación, presento algunos de sus hallazgos más significativos, los cuales se encuentran vigentes y porcentualmente aumentados:
El 82% en promedio de los encuestados considera la importancia de vivir en un país democrático. Un 47.1% de los encuestados se muestra muy insatisfecho con la forma como la democracia funciona en Colombia. El 58% de los encuestados considera que Colombia es un país medianamente democrático y el 15.6% considera que no lo es. En cuanto a la percepción de corrupción, los encuestados consideran cuáles son los grupos y actores más corruptos, así: Muy Corrupto: Congreso de la República 46.3%; Gobierno Nacional 41.7%; Gobierno Municipal 37.1%; Gobierno Departamental 35.0%; Rama Judicial 34.9%; Órganos de Control 27.7%, y, 27.5% Gremios, empresas u organizaciones privadas. Con relación a dónde consideran se presentan los casos más graves de corrupción en el sector público, los encuestados opinaron: 50.4% Salud; 26.1% Justicia, y, 10.3% Infraestructura.
Finalmente, se destacan las razones para no haber votado en las elecciones presidenciales de 2018, los encuestados manifestaron, (Datos de Bogotá): el 51.4% de los encuestados expresó no haber votado porque “los candidatos prometen y no cumplen.”; el 48.4 % no votó por considerar que “los políticos son corruptos”; el 46.0% no ejerció el sufragio porque “le falta credibilidad en el proceso electoral”; el 44.5% no fue a las urnas por “desinterés”, y, el 40.7% no votó al considerar que “los partidos políticos y movimientos políticos no representan a los ciudadanos”.
Los anteriores resultados son patéticos para los candidatos presidenciables como demostrativos de su desvergüenza. Desconocer la opinión ciudadanía e insistir en candidaturas personalísimas significa anteponer intereses propios por encima de los más caros intereses del Estado, con el objeto de mantener una miserable cuota de poder.
Es el momento para que un nuevo liderazgo asuma el poder presidencial, se necesita reparar el tejido social maltratado por las “hienas del erario”, quienes históricamente no se cansan de morder la hacienda pública.
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