
Ser feliz! Debería ser esta la máxima aspiración de cualquier humano. Sin afectar al prójimo ni en mínima manera, sería la segunda condición. Pero desafortunadamente, esa felicidad es entendida y aplicada por muchos de una manera equivocada y egoísta. La más conocida es aquella felicidad que solo se mide por las riquezas que se atesoran. De esta hacen parte un grupo muy conocido, el de los explotadores y el de los avaros. Desde hace unas décadas nació el grupo de los narcotraficantes, pero en nuestros tiempos ha crecido exponencialmente el de los corruptos. Tener plata es lo que les vale, lo demás no importa. Ni siquiera las consecuencias legales y menos el castigo Divino. Lo anterior no significa, ni mucho menos, que no sea indispensable esforzarse por superarse y con el trabajo honesto, construirse una mejor calidad de vida. Pero también es cierto que una persona humilde puede, como realmente sucede, ser muchísimo más feliz que muchos multimillonarios. Ser feliz es lo más hermoso que pueda sucederle a una persona durante su existencia en esta tierra. Y si tiene la capacidad y oportunidad de hacer felices a todos aquellos que lo rodean o están a su alcance, muchísimo mejor. Para lograr lo anterior se debe ser una persona útil y generosa, y casi que debería ser esta la meta absoluta de su vida. ¡Y eso es mucho!
Sin jactarme de pretencioso, yo siento que soy una persona feliz. Y ojalá la vida me permita seguir siéndolo. Y no me cuesta ningún esfuerzo serlo porque desde que despierto hasta que me duermo no tengo pensamientos truculentos y mucho menos negativos, sino todo lo contrario, agradables y positivos, procurando trasmitirlos. Procuro también aportarle a nuestra empresa, a mis amigos, a aquellos con quien me encuentro en la vida, a mi ciudad y, con generosidad, a los necesitados. Todo dentro de mis limitadas posibilidades. Es por lo anterior que he considerado pertinente apartarme hoy de los temas que recurrentemente toco en mis artículos y adentrarme en otro muy diferente, pero que creo positivo trasmitir, el de cómo ser feliz.
La secuencia de una feliz actividad cotidiana es aquella que se inicia con un temprano y muy agradable despertar, demostrando sus sentimientos a esposa, hijos y a quienes los rodean. Viendo el día como una oportunidad para crecer y para dar. Conduciendo hacia el trabajo, diligencia o actividades varias de una manera amable con los otros conductores, cediéndole el paso a aquellos que lo necesitan, ya sean estos peatones o conductores; no obstruyendo los cruces y siempre con un gesto amable que es fácil y muy agradable trasmitir, y con la misma actitud cuando se está en el trabajo o haciendo una vuelta en un banco, un supermercado o un almacén. El buen humor es también un factor importante para ser feliz; los amargados y resentidos nunca lo serán. Ahora que estamos en la era digital resulta fácil analizar quiénes lo son y quiénes no, porque unos y otros se conocen por el contenido de sus mensajes.
En este inicio de año, cuando planeamos propósitos para el 2019, incluyamos entre estos el más importante de todos, el firme propósito de ser felices y de actuar de manera que podamos hacer felices a quienes nos rodean y a todos aquellos con quienes nos cruzamos en la vida. A mis amables lectores les deseo un… ¡Feliz Año Nuevo!
nicoreno@ambbio.com.co
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