Luego de tres décadas desde la promulgación de la constitución del 91 se hace oportuno ofrecer un balance de sus efectos sobre la descentralización y el desarrollo del país para lo cual Casa Grande Caribe nos ofrece un importante insumo a través de su seminario “30 años de descentralización en Colombia”.

Entre los principales hitos para la descentralización durante este tiempo se encuentran la elección popular de alcaldes y gobernadores, el SGP, el SGR y la habilitación para la creación de otros niveles de gobernanza diferentes a los tres tradicionales que se conocen (municipal, departamental y nacional), de los cuales se pueden destacar varios logros y grandes oportunidades de mejora.

Entre los aspectos favorables se encuentran, los aumentos en las coberturas de los servicios sociales básicos, como, por ejemplo: salud, educación, agua potable y saneamiento básico. Dejando aspectos pendientes por mejorar, vinculados a la calidad en la prestación de estos servicios y a la desigualdad en la provisión de los mismos entre áreas rurales-urbanas y entre centro - periferia.

Sobre el Sistema General de Regalías, su reforma de 2012 incluyó entre sus objetivos la búsqueda de una mayor probidad en el uso de los recursos, el ahorro para el futuro, equidad en la distribución y la generación de desarrollo regional; y un balance preliminar permite resaltar ciertas transformaciones como la migración hacia una cultura de proyectos más que de contratos, la obligatoria articulación entre los niveles de gobierno buscando transparencia y mejor estructuración en las iniciativas presentadas ante los cuasiextinguidos OCAD y sin lugar a dudas el mejoramiento en la distribución de los recursos hacia la totalidad de las entidades territoriales del país. Así como el comprobado acierto de ahorro en épocas de bonanza para desahorrar en épocas de crisis, situación que quedo demostrado durante estos tiempos de pandemia donde una de las fuentes del fondo creado para atender las necesidades provocadas por la covid-19 provino de los recursos que reposaban en el Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE).

Adicionalmente, la coexistencia de dos sistemas de transferencias paralelos con reglas del juego diferentes, el sistema de participación y de regalías nos llevan a reflexionar sobre la oportunidad de avanzar hacia un esquema de inversión pública enfocado hacia los usos más allá de las fuentes, replanteando la necesidad de que puedan fusionarse en uno solo, que ayude a compensar la distribución desigual del desarrollo del país producto de un modelo de desarrollo de riqueza en el centro y pobreza en periferia con base en necesidades de gasto, con incentivos que premien sobresalientes desempeños, aumentos en esfuerzo fiscal por ingresos propios, y logro de los resultados.

Así también, la oportunidad de avanzar hacia un estatuto tributario territorial moderno, actualizado y simple. Moderno pensando en la oportunidad de considerar tributos del tipo pigouviano, es decir que graven las actividades que generan externalidades negativas al bienestar y que no que restringa el desarrollo de las distintas actividades económicas que sí benefician el desarrollo. Actualizado vinculado con procesos de actualización catastral con periodicidades definidas en el corto plazo y finalmente simple, sustentado en tarifas que resulten transparentes a la luz de la ciudadanía.

*Directora ejecutiva de la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla