El coeficiente GINI es una herramienta estadística que mide la desigualdad en la distribución de algo entre una población, el ingreso o la riqueza, y en el caso de la tierra, ha sido usado para afirmar que en Colombia está muy concentrada.

El GINI tiene valores entre 0 y 1, siendo 0 la igualdad total: la tierra repartida en partes iguales entre los propietarios; y 1 la total desigualdad: un propietario dueño de toda la tierra. En ese contexto, se dice que el GINI es mejor cuando se acerca a cero, pero en realidad el ideal es el que se ajusta a las condiciones de cada país.

En Colombia, país con vocación agropecuaria, hay que preguntarse cuánta concentración se necesita para alimentar 50 millones de habitantes y diversificar exportaciones, y cuánta redistribución para garantizar el derecho del campesino a la tierra en condiciones que garanticen su dignidad.

El GINI de tierras en Colombia, con datos del IGAC (2012), es de 0,87, que indica, en principio, una alta concentración. Y digo en principio porque, además del impacto en la información por el rezago catastral, a esa cifra le caben preguntas:

Hay un GINI que incorpora la calidad, a partir de la Unidad Agrícola Familiar, definida como la tierra que una familia necesita para generar tres salarios mínimos. En la Sabana de Bogotá pueden ser dos hectáreas, pero en Vichada son ¡1.700!, una gran distorsión y por eso extraña que, eliminándola, el GINI - UAF continúe por encima del 0,8.

Las minorías étnicas poseen 39 millones de hectáreas “comunales”. ¿Están incluidas en el GINI?, ¿cómo están incluidas, como de un solo propietario o distribuidas entre los indígenas y afrodescendientes que esas comunidades propietarias.

El GINI es un instrumento estadístico que interpreta la realidad, pero no es la realidad y, por el contrario, se aleja de ella si la información que lo alimenta no es confiable, En sistemas, esa situación se conoce como “GIGO”, por sus siglas en inglés, que traducen "basura entra, basura sale".

Al final, hay un dato insoslayable. Según el IGAC, hay 48.5 millones de hectáreas de tierra rural privada, y según las autoridades catastrales hay 4.4 millones de predios, con un promedio de 11 hectáreas por predio. Hay predios grandes, pero estamos lejos de una excesiva concentración.

No descalifico la labor ni los logros del DANE y el IGAC, pero lo cierto es que, con ese GINI incierto, la ganadería ha sido atacada y amenazada la propiedad de la tierra. El campo merece cifras confiables. Esa es la tarea: construir un GINI que soporte el desarrollo rural.

Mi próximo tema: ¿Si será la relativa concentración de la tierra la causa de la pobreza rural?

@jflafaurie