Carnaval: motor de la economía social
Nos corresponde a todos, nacidos o no en esta bella tierra, preservar la identidad y la esencia del Carnaval de Barranquilla, su carácter popular y alegre de la mano de los hacedores culturales y de las entidades que trabajan cada año en su organización, valorando, además, su gran impacto sociológico, antropológico e, incluso, financiero en la economía local.
Después de los múltiples eventos precarnestoléndicos más los dos días de desfiles, conciertos y festivales populares del Carnaval, el goce y la alegría del barranquillero aún permanecen intactos, contagiando virtuosamente a los visitantes que, en cientos de miles, gozan estas festividades. Mañana martes le daremos feliz cierre a los cuatro días de jolgorio con la muerte de Joselito, una tradición que representa el final de las fiestas y el paso de la diversión a las responsabilidades de la cotidianidad y, simultáneamente, una especie de mecha que se apaga pasajeramente y que se volverá a prender el año entrante.
Además del éxtasis de alegría y el disfrute popular, el Carnaval reviste una importancia vital para Barranquilla y las poblaciones que lo celebran por ser un espacio pródigo de sincretismo e interculturalidad, promotor de la cultura y las artes. Además, se asume como el momento ideal para el gozo de múltiples expresiones vernáculas y un derroche total de creatividad cultural. Así mismo, funge como un potente motor de la economía social, generador de empleo, emprendimientos culturales e innovación.
La Alcaldía Distrital estima que para vivir el Carnaval han llegado a la ciudad cerca de 500.000 visitantes y que el gasto promedio por cada uno estaría entre $1.000.000 y $1.400.000. De acuerdo con las proyecciones, este año los cuatro días de carnestolendas moverán más de $500.000 millones, impactando sectores como el comercio, la gastronomía, la hotelería, el transporte y el entretenimiento, entre otros. El año pasado el monto fue de $400.000 millones.
Igualmente, se destaca la generación de más de 50.000 empleos, entre directos e indirectos, entre los que se cuentan artesanos, bailarines, vestuaristas, costureras, músicos, productores, logísticos y otros trabajadores relacionados con la economía naranja e industrias creativas, tanto en los más de 250 eventos, que tienen lugar en 91 barrios de las cinco localidades de la ciudad, incluidos en la programación oficial, como en las ferias de artesanías, emprendimientos en centros comerciales, plazas, galerías, etc., según el estudio Carnaval en Cifras, elaborado por Fenalco, Distrito y Cámara de Comercio.
Nos corresponde a todos, nacidos o no en esta bella tierra, preservar la identidad y la esencia del Carnaval de Barranquilla, su carácter popular y alegre de la mano de los hacedores culturales y de las entidades que trabajan cada año en su organización, valorando, además, su gran impacto sociológico, antropológico e, incluso, financiero en la economía local.
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