La historia nunca se repite, el hombre se repite siempre, nos decía Voltaire. En efecto, los humanos del siglo XXI mantenemos los mismos procesos fisiológicos de hace cientos de miles de años. Ya no dormimos en el suelo, lo hacemos en una cama; pero esencialmente es lo mismo.

Aunque hay cosas que nunca cambian, hay momentos en la historia que marcan un cambio radical en la vida de las personas. La invención de la rueda y, más recientemente, el uso de la energía del vapor dieron comienzo a lo que conocemos como revolución industrial, que cambió todas nuestras formas de vida. Antes de este descubrimiento, el 80% de la población mundial se dedicaba a la producción de alimentos. Hoy solo el 1% de las personas producen alimentos para siete mil millones de habitantes. La gran mayoría cambió radicalmente su vida rural por una vida urbana alrededor de grandes ciudades.

Hoy estamos en los inicios de una nueva revolución que cambiará mucho más profundamente nuestras vidas, y que tiene su máxima expresión en lo que se denomina inteligencia artificial.

Este cambio será mucho más rápido que todo lo conocido. Podríamos decir que estamos comenzando una nueva era, donde la inteligencia no será patrimonio exclusivo del ser humano, sino que también habrá objetos inorgánicos que serán incluso más inteligentes que nosotros. Porque nuestras capacidades mentales están predeterminadas por la biología. En cambio, el potencial de crecimiento de la inteligencia artificial no tendrá límites. Así como la revolución industrial cambió todas las formas de trabajo y de vida, es necesario hacer conscientes, especialmente a nuestros jóvenes, de prepararse para este nuevo gran cambio.

Si yo quisiera seguir siendo el psicólogo tradicional me moriría de hambre. Pronto, en muchos relojes digitales tendremos sensores que así como hoy nos dicen con precisión nuestra frecuencia cardiaca, nos medirán nuestra carga de ansiedad o cuan deprimidos estamos, y nos avisará si estamos en riesgos de suicidio. Pero tampoco correremos tras un psicoterapeuta de carne y hueso que nos cobrará 300 mil pesos para que nos atienda. Nuestro psicoterapeuta estará en tu propia casa, será un programa conversacional que te ayudará como terapeuta, cada vez que tú sientas necesario hacerlo, sin tener que pagarle a nadie. Además, podrá atender al mismo tiempo a más de cien personas. Sino me cree, antes nadie se subía al ascensor sin que hubiera un ascensorista, ahora ¿dónde hay un ascensorista?

Esto pasará con todas las profesiones conocidas, con la mayoría de los oficios y también con muchas instituciones que quedarán obsoletas, si reflexionamos qué sentido tiene ya seguir pensando en las universidades presenciales para adquirir conocimiento. Cada día habrá menos alumnos dispuestos a aprender en sistemas rígidos, en donde le fijan la hora, el lugar y el profesor, cuándo él podrá escoger libremente qué estudiar, elegir profesor, y sin moverse de su hogar.

El tiempo del Homo sapiens, rey del planeta, poseedor de un cerebro natural, lleno de atributos irá siendo reemplazado por el cerebro artificial, mucho más potente y con capacidad para dar respuestas masivas a las demandas crecientes de un nuevo orden social, que ni siquiera por ahora podemos imaginar.

A pesar de todo este discurso de cambios, hay conductas que probablemente no se modificarán y que son iguales a como reaccionaba el hombre primitivo. Parece que nunca va a cambiar nuestra envidia, la avaricia, el chisme, el narcisismo, y nunca faltarán genocidas como Hitler, Stalin y Netanyahu.