Tuve la fortuna de querer ser penalista como mi padre desde que tengo uso de razón y el mayor regalo que me dio él fue poder acompañarlo a la mayoría de sus reuniones y escuchar, como cuando estaba escribiendo sobre el derecho penal en la obra de García Márquez y lo acompañé varias veces al apartamento de Gabo en Bogotá, visitas que me permitieron luego poder actualizar ese libro con mi padre y David Teleki, ese hijo se llama El derecho penal en Macondo.
Comimos muchas veces, y los bogotanos o quienes estudiaron en Bogotá recordarán, en Perros Alonsín, al dueño, cliente también, y a mi viejo le gustaba comentar el caso de madrugada al sabor de su comida.
El Festival Vallenato lo llevo en la sangre y el cuerpo por la defensa y posterior amistad que hiciera mi padre de Consuelo Araujo, La Cacica, que lo único que no pudo inculcarme fue la “mala” costumbre de pararme a bailar en medio de una parranda.
Así puedo contar libros enteros de anécdotas, pero hoy quiero centrarme en que también gracias al derecho penal conocí y conversé con Germán Castro Caycedo, formidable escritor y periodista, amigo primero y luego cliente de mi padre.
La Bruja, ese libro, fue el motivo que unió profesionalmente a esos dos titanes en su oficio, por eso escuché cómo realizó la investigación y cómo profundizó en sin número de hechos para escribirlo.
Muchas veces consejero uno del otro, más el escritor del abogado que al revés.
Castro Caycedo era admirado por mi papá y por eso no le cobró, le parecía que era un honor hacerlo y así nos sucede a quienes llevamos el penal inserto en el alma, en el corazón , él agradecido después nos regaló el primer computador que tuvimos en casa y que aún conserva la familia.
Es un tema de admiración, no de pesar, es un tema de compromiso con alguien a quien se admira.
Se fue Germán Castro Caycedo y con él un gran hombre, un pensador y sobre todo alguien que siempre se sobrepuso al miedo a las amenazas, fue valiente como mi padre.
Termino diciendo que varios de los consejos que mi papá le dio sirvieron, sobre todo frente a lo que sucedería en el futuro, por eso le decía el brujo del derecho.
Lo recordaremos siempre unos como escritor, periodista e investigador, otros como gran ser humano, yo lo recordaré como todo eso y más, porque fue un gran amigo de mi papá.
Saludos a mi viejo allá donde se encuentren.