Lejos de ser un evento que demostrara coordinación y liderazgo, el consejo de ministros en vivo reveló fracturas profundas dentro del gobierno. No solo quedó en evidencia la falta de cumplimiento de los objetivos planteados, sino que lo que vimos, en cambio, fue un gobierno en el que la falta de cohesión es cada vez más notoria.
No podemos negar que Epa Colombia cometió un delito. Vandalizó estaciones de TransMilenio en medio de una protesta, lo que claramente es reprochable y transgrede las normas de nuestro ordenamiento jurídico. Pero de ahí a considerarla un peligro para la sociedad o tratarla como si fuera una terrorista hay una gran diferencia.
La declaratoria de conmoción interior pone de manifiesto la gravedad de la situación en el Catatumbo y la incapacidad del Estado para garantizar una paz duradera en la región.
La exposición mediática puede generar riesgos de seguridad para las partes implicadas, desde la intimidación de testigos hasta el acoso a familiares de víctimas o acusados. Sin embargo, en contextos como el nuestro, donde la libertad de expresión es un derecho fundamental, imponer restricciones puede percibirse como un acto de censura.
Venezolanos, su lucha es también nuestra. Defender la democracia no es solo un deber ciudadano; es un compromiso humano y moral. La historia será testigo de su valentía, porque una democracia genuina no se sustenta en votos fraudulentos ni en represión, sino en la voluntad libre y soberana de su gente. Luchen, venezolanos.
Es necesario que el 2025 marque un cambio hacia un Estado que garantice espacios donde las personas puedan expresarse y disentir sin temor a represalias. La democracia solo progresa cuando las libertades son protegidas y promovidas activamente.
Es urgente que el 2025 nos permita hacer un esfuerzo conjunto para garantizar que los cambios sean producto de un análisis técnico riguroso y no de un afán de responder a coyunturas políticas o mediáticas. Asimismo, es fundamental que el sistema penal reconozca las desigualdades estructurales que persisten y trabaje para eliminarlas.
Cada caso de violencia sexual es una herida en nuestro tejido social, y cada víctima que es ignorada, culpada o revictimizada nos recuerda que la lucha por la igualdad y la justicia está lejos de terminar. Actuemos, porque el silencio y la indiferencia solo perpetúan el ciclo de violencia.
Es hora de pensar en soluciones que respeten la autonomía y el derecho de los estudiantes ciegos a competir en igualdad de condiciones
Las interceptaciones son una herramienta poderosa, sí, pero no son un cheque en blanco. Regular su uso es urgente, no solo para proteger a los acusados, sino también para evitar que los abogados queden a merced de un sistema que no respeta su rol como defensores.