El modelo de concesiones ha sido exitoso en sociedades con regímenes de gobiernos tan distintos como Chile, Brasil, México y China. De hecho, esta última nación, bastión global del comunismo, tiene hoy el mayor número de concesiones del mundo.
Al Reino Unido se le reconoce como pionero en el uso de las APP donde se implementó a comienzos de los años 90, siendo el gobierno laborista de Tony Blair el que le dio un impulso decidido al modelo, estableciéndolo como el principal instrumento de desarrollo de infraestructura pública y enmarcándolo dentro de un programa estatal de incentivo a la financiación de proyectos de ese carácter a través del sector privado denominado PFI (Private Finance Initiative).
En términos generales, el uso de las PFI tuvo como propósito principal aliviar al gobierno y a los contribuyentes de la carga inmediata de aportar el capital para estos proyectos, garantizando su provisión en el corto y mediano plazo.
Los orígenes de las concesiones en Colombia se remontan a 1991, cuando fue promulgada la Ley 1.ª que, en buena hora, abrió las puertas a la inversión de capital privado en pro del desarrollo de infraestructura. Desde entonces, las concesiones le han permitido al país superar un rezago de más de 80 años en materia vial y, mejorar, sustancialmente, sus condiciones de competitividad en el ámbito regional y nacional. Desde entonces el modelo ha sido manejado como una política de Estado, de largo aliento, que trasciende gobiernos de turnos o ciclos políticos.
En la primera generación de concesiones viales fueron suscritos 11 contratos para la rehabilitación y ampliación de 1.649 km. La segunda incluyó dos contratos para intervenir 470 km. La tercera comprendió 12 contratos que abarcaron 3.557 km de carreteras. El programa 4G, hoy ejecución, conllevó la suscripción de 30 contratos y la intervención de 5.000 km de vías.
Por cuenta del modelo de concesión y de la existencia de los peajes como su columna vertebral financiera, el Estado ha logrado intervenir más de 10.000 km de carreteras en los últimos 27 años. A ello se suman 1.111 puentes y viaductos, y 80 túneles de las mejores especificaciones ingenieriles, que hacen parte del conjunto de obras que en su totalidad conformarán las cuatro primeras generaciones de concesiones viales del país.
Lo anterior sin contar lo que dejará en el mediano plazo el carácter multimodal del programa 5G, de gran relevancia especialmente por los 15 proyectos de su primera ola. De hecho, ocho APP son viales, cuatro aeroportuarias, dos fluviales y una férrea, iniciativa que incrementarán el transporte de carga y pasajeros en los corredores de comercio exterior, generarán nodos turísticos en el Caribe y el Pacífico, y optimizarán los tiempos de los trayectos.
Estos proyectos contribuirán al desarrollo del Plan Maestro de Transporte Intermodal y de la productividad y la competitividad del país.
Las concesiones son un esquema que no implica privatización, pues el Estado mantiene la propiedad y el control sobre la infraestructura que deberá serle revertida una vez finalice el contrato. En este modelo el gran ganador es el país.
*Director Ejecutivo CCI Norte