Después de años continuos, involucrados en un mundo de violencia, de inseguridad y con el pensamiento basado en momentos, en los que el mundo se mueve en círculos de guerras, crímenes e irrespeto al ser humano, a la naturaleza y al medio ambiente, a pesar de los grandes descubrimientos científicos y tecnológicos, no se logran alinear las condiciones para que estos adelantos sean aprovechados para vencer, las grandes dificultades por las que atraviesa una gran parte de la población mundial. Ni siquiera, se establece un verdadero diagnóstico de situaciones que parecen pasar desapercibidas ante la mirada de grandes líderes.

Los profesionales de la salud envueltos en el trabajo diario, parece que aceptamos que los cambios no se necesitan y que, aquellos que a gritos claman atención, no tienen quienes los defiendan. No hay duda, de que la posición de grandes potencias mundiales, influyen fuertemente, en la forma como debemos atender en forma solidaria los problemas más serios.

Mencionamos las teorías derivadas de los estudios de la salud pública, al lado de estados y situaciones de casos, o pacientes especiales, o con enfermedades desatendidas, en quienes, la atención primaria, juega un papel fundamental, ligada a la medicina preventiva.

Las organizaciones estatales no parecen marchar al unísono para resolver los grandes problemas, muchos de ellos con causas conocidas y con fundamentos para enfrentarse, con personal sanitario preparado y recursivo, instituciones educativas y asistenciales con mucho compromiso de servicio y atención a las necesidades.

Pero en medio de una logística mediática, termina en soluciones incompletas y desordenadas que no concluyen en la solución de los grandes problemas actuales, con poblaciones que crecen sin la participación responsable de los afectados y de quienes podemos ayudar a responder con certeza, lo más pronto, por situaciones cada vez más críticas.

Con la proximidad de nuevos cambios políticos, se debería tener como una condición irrenunciable, clara y definida, las propuestas de los candidatos o candidatas para mejorar la salud de una población que no parece tener ni siquiera voz para defenderse, tal vez empeorada ante la misma debilidad de los enfermos. La demanda no respondida para la atención de un gran número de pacientes cada vez es mayor. Las organizaciones públicas y privadas existentes, no dan muestras de resultados favorables.

El grupo de trabajadores sanitarios, integrados con los componentes educativos, debe tener una participación mayor para lograr soluciones en salud. Es hora de pasar de la teoría a la práctica de conceptos totalmente aceptados.

Los pacientes deben mostrar claramente sus derechos a participar para tener quienes los representen, acabando con falsas promesas y viendo que la corrupción, dilapida sus recursos, los cuales se pagan con muertes y daños por dilatación en la respuesta a la primera petición mundial, la salud para los habitantes de la tierra que no se respeta, ni se les da la respuesta que se merecen.

@49villanueva