La inclusión del presidente Gustavo Petro en la Lista Clinton abrió un debate nacional que, como casi todo en Colombia, se ha leído más desde la pasión política que desde la realidad jurídica. En términos simples, Petro se encuentra en un listado realizado por Estados Unidos, de personas presuntamente vinculadas con el narcotráfico o con el crimen organizado con el fin de identificarlas y sancionarlas. Por supuesto que esto ha traído muchas críticas y comentarios.

No obstante, es importante recordar que no importa si uno simpatiza o no con el sancionado: el riesgo existe, es serio y cualquier empresa que tenga vínculos con Estados Unidos está obligada a gestionarlo.

Esta semana vimos un ejemplo que muchos interpretaron como un acto político cuando, en realidad, es pura protección empresarial de riesgo. La empresa encargada del mantenimiento del helicóptero presidencial anunció la suspensión temporal del soporte.

No porque la Presidencia esté sancionada, no lo está, sino porque cualquier empresa o persona natural que preste servicios que puedan beneficiar directa o indirectamente a un sancionado se expone a consecuencias graves como multas, pérdida de contratos internacionales o incluso restricciones para operar en el sistema financiero global.

Pretender que las compañías actúen como si la lista no existiera es pedirles que pongan en juego su futuro. Para una multinacional, o incluso para una empresa local con cuentas, proveedores o transacciones en dólares, ignorar una sanción es equivalente a perder su credibilidad internacional. No se trata de simpatías políticas, ni de tomar partido. Es un asunto de supervivencia empresarial.

Claro que estas decisiones pueden tener impactos políticos, aún más cuando vivimos en un país polarizado, pero su fundamento no es ideológico. Es técnico, jurídico y financiero, no se puede desconocer cómo funciona el mundo real de los negocios en el marco internacional.

Colombia debe entender que las sanciones internacionales no son un chiste. Son mecanismos de control usados por potencias que dominan el sistema financiero global. Cuando uno de sus nacionales aparece en esa lista, el país entero entra en una zona de incertidumbre que exige atención.

Podemos discutir si es justa o injusta la inclusión de Petro. Pero mientras esté ahí, las empresas actuarán como lo haría cualquier asesor responsable: protegiéndose. Esa es la verdad incómoda que debemos asumir sin fanatismos.

@CancinoAbog