La evolución de la economía en el segundo trimestre de 2025 revela una dinámica clara: el crecimiento está sostenido principalmente por la demanda interna, mientras que la inversión sigue siendo una asignatura pendiente. El PIB registró un avance de 2,1%, superior al 1,7 % del mismo período del año anterior, y la explicación principal se encuentra en el impulso del consumo de los hogares (3,7 %) y en el gasto público (3,9 %).
El aumento del consumo se refleja en la recuperación de sectores que habían mostrado contracción en 2024. Restaurantes y hoteles, por ejemplo, pasaron de una variación negativa (-5,3 %) a un crecimiento positivo (1,7 %); prendas de vestir y calzado registraron un alza de 5 % luego de caer -4,1 % el año previo. Además, rubros como alimentos y bebidas no alcohólicas, transporte, comunicaciones y recreación presentaron tasas de crecimiento superiores tanto al periodo anterior como al promedio del consumo de hogares. La combinación de un salario mínimo más alto, tasas de interés en descenso que alivian las finanzas familiares, remesas abundantes y mayores ingresos del campo ha reforzado la confianza de los consumidores.
No obstante, el frente de la inversión muestra señales de fragilidad. La formación bruta de capital fijo creció apenas 1,7 % y su participación en el PIB se mantiene en un modesto 16 %, lejos del 23 % previo a la pandemia. La estructura de la inversión es desigual: mientras maquinaria y equipo avanzó con fuerza (11,6 %), la inversión en vivienda cayó 10,6 % y otros edificios y estructuras retrocedieron 1,2 %. En conjunto, la actividad de construcción disminuyó 3,5 %, pese al dinamismo en obras civiles y carreteras (9,6 %).
Este desequilibrio tiene implicaciones relevantes. El vigor del consumo sostiene el crecimiento en el corto plazo, pero la persistente debilidad en inversión, especialmente en vivienda e infraestructura, limita la capacidad de generar empleo formal, elevar la productividad y consolidar una senda de crecimiento sostenible en el mediano plazo. Para transformar el impulso actual en crecimiento duradero se requieren medidas que incentiven la inversión privada y pública, reduzcan la incertidumbre y faciliten proyectos de largo plazo en infraestructura y vivienda.
En resumen, la economía muestra señales de recuperación impulsadas por la demanda interna, pero la consolidación de ese avance dependerá de políticas orientadas a reactivar la inversión productiva y a equilibrar la composición del crecimiento.
*Directora ejecutiva Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla.
@KeliPuche