Es un honor y una profunda responsabilidad hablarles hoy desde el corazón del Bioparque Ukumarí de la ciudad de Pereira. A menudo, cuando la gente piensa en un bioparque, imagina un lugar para ver animales. Y sí, eso somos, pero somos mucho más. Somos un centro de conservación y, sobre todo, un faro de esperanza para la vida silvestre de nuestro país.

El propósito de cuidar las especies y sus ecosistemas es la esencia de nuestra existencia. No se trata solo de la majestuosidad del jaguar o la gracia de la jirafa. Se trata del delicado equilibrio que sustenta toda la vida en nuestro planeta, incluido nosotros. Cada especie, por pequeña o insignificante que parezca, desempeña un papel vital en la red de la naturaleza. Cuando una especie se pierde, cuando un ecosistema se degrada, las ondas de esa pérdida se extienden mucho más allá de lo que podemos ver, afectando la calidad del aire que respiramos, el agua que bebemos y la biodiversidad que enriquece nuestras vidas.

En Bioparque Ukumarí, somos testigos de primera mano de una de las amenazas más devastadoras para esta biodiversidad: el tráfico ilegal de fauna silvestre. Esta cruel industria despoja a los animales de sus hogares, sus familias y su libertad, condenándolos a una vida de sufrimiento y, a menudo, a una muerte prematura. Es una realidad desgarradora que vemos reflejada en los ojos de muchos de los animales que llegan a nuestras puertas.

Y es precisamente aquí donde radica la importancia de espacios como el Bioparque Ukumarí. No somos un zoológico tradicional. Somos un refugio. Muchos de los habitantes de Ukumarí son víctimas de este tráfico ilegal, animales que han sido rescatados de condiciones deplorables, que han sufrido traumas físicos y psicológicos, y que, lamentablemente, no pueden ser reintroducidos en su hábitat natural. Para ellos, Ukumarí es una segunda oportunidad.

Aquí, reciben atención veterinaria de primera clase, una nutrición adecuada y un ambiente enriquecido que les permite vivir con dignidad y bienestar. No es su hogar original, lo sabemos, pero es lo más cercano que podemos ofrecerles a una vida plena fuera de la selva. Estos animales se convierten en embajadores de sus congéneres en la naturaleza, recordándonos la urgencia de proteger a aquellos que aún tienen la oportunidad de vivir en libertad.

Además de ser un centro de conservación, Ukumarí es un aula viva. A través de nuestras experiencias educativas, buscamos inculcar en cada visitante, desde el más pequeño hasta el más grande, un profundo respeto por la naturaleza y la comprensión de su papel en la conservación. Queremos que la gente entienda que cada decisión que tomamos, cada compra que hacemos, puede tener un impacto en el mundo natural. Al aprender sobre las especies y sus amenazas, esperamos inspirar acciones que marquen la diferencia.

Cada día, cuando camino por los senderos de Ukumarí y veo la resiliencia en los ojos de nuestros animales, se reafirma mi convicción de que estamos haciendo lo correcto. Proteger la vida silvestre no es solo una opción; es una obligación moral. Y en Bioparque Ukumarí, estamos dedicados a cumplir con esa obligación, ofreciendo una segunda oportunidad a los que han sido sacados de sus hábitat naturales, y educando a las futuras generaciones para que el grito de la selva no se silencie jamás.

Conoce el Bioparque Ukumarí, porque el Bio, es Vida.

*Gerente del Bioparque Ukumarí