Las estadísticas asustan, tanto en el país entero como en las grandes capitales como el caso de Barranquilla. El editorial de EL HERALDO el pasado 14 de noviembre del presente año, magnífico como todos los del periódico, es una radiografía para estudiar y meditar serenamente. La realidad cruda nos muestra que, mientras más automóviles y motocicletas se registran, más accidentes ocurren y es lógico. Pero lo que no vemos por ninguna parte es lo que más se necesita: autoridad policial especializada y dedicada a la regulación del tránsito automotor.

¿Cuál es la razón para que no existan permanentemente, sobre todo en horas pico, los suficientes agentes regulares que no solo vigilen, orienten, dirijan y ordenen, sino que impongan los castigos respectivos? ¿Dónde están, existen, y lo destinan a otros menesteres? ¿Hay escasez de agentes en el departamento? Y los robos, los atracos, las extorsiones también están sufriendo esta desnudez administrativa-policial? Los interrogantes son muchos y crece el rumor, bastante antiguo, de que varios de los agentes dedicados al control del tráfico actúan con más diligencia persiguiendo la propina del presunto infractor.

Los habitantes de la ciudad que conducen vehículos de todas las clases y tamaños, motocicletas, patinetas eléctricas, buses, camiones, circulan sin control alguno. El que quiere infringir una regla lo hace fácilmente porque tiene la seguridad de que no lo van a castigar. Y en la práctica está probado que no hay nada más eficiente para estas infracciones que aparezca la Policía, reprenda al conductor e imponga el respectivo comparendo. Así de sencillo.

Faltan órdenes al respecto por parte de los mandos policiales. ¿Por qué no nos entregan una respuesta, por favor a la ciudadanía, los encargados de esta sección de operaciones en la misma Policía y además la dirección máxima de autoridades de tránsito civiles? Tenemos los ciudadanos la necesidad de una respuesta porque para eso pagamos impuestos, para eso tenemos nuestros derechos, entre otros vitales, el de información.

Es fácil comprobar que cualquier conductor en la ciudad puede transitar decenas de cuadras y distancias sin que se encuentre con un uniforme. Tampoco se pretende que los encontremos en cada esquina pero sí en determinados cuadrantes. Es fácil comprobar, muchas veces, que uno recorre un barrio y no describe un agente de tránsito en ningún sitio. ¿No hay los suficientes?

Por qué, repetimos, no nos dicen la verdad? Parece ser que hay un nuevo comandante de la Policía con base en Barranquilla. ¿Nos puede apoyar el señor comandante en esta petición que es mayoritaria?