El viernes 25 de julio me contactó Luis Alejandro Borraéz Contreras, periodista y líder en comunicaciones del Instituto Humboldt. Me dijo que habían leído mi columna ‘Cuidar lo que queda’ y que querían una reunión virtual conmigo para que unos expertos hablaran “sobre algunos detalles de la investigación relacionada con el Parque Central de Mallorquín”.
La reunión se hizo en la tarde del jueves 31 de julio. Concurrieron los PhD en ecología Wilson Ariel Ramírez Hernández y Natalia Norden Medina. Moderó Borraéz Contreras. María Correa participó también.
Ramírez dijo que el Humboldt asesoró a Argos en el tema del parque central de Ciudad Mallorquín, con base en diseños y render entregados por el grupo empresarial.
Argos ha dicho que Ciudad Mallorquín no se construye en un bosque seco tropical sino sobre un rastrojo y que esto se sustenta en la cartografía del Humboldt. Pero en la reunión me parece que quedó claro que el lote Pajonal, de acuerdo con lo expresado por los investigadores, tipifica un bosque sucesional o secundario que pertenece al bosque seco tropical. Los especialistas en ecología prefieren denominarle bosque joven o sucesional al bosque secundario para no transmitir la sensación de que es un bosque sin valía ecosistémica.
Según el artículo ‘Bosques sucesionales en Colombia: una oportunidad para la recuperación de paisajes transformados’, de la revista Caldasia, fundada en 1940, de la Universidad Nacional, cuya lectura nos recomendaron en la reunión, más “de la mitad de los bosques tropicales corresponden a bosques sucesionales” y “se han recuperado como producto de la regeneración natural dada tras un disturbio natural o antrópico”. En Pajonal ocurrió este último por la explotación minera con fines cementeros durante varios años.
El Humboldt subrayó que ellos han suprimido el vocablo “rastrojo”, que tanto le gusta a Argos para restarle valor ecológico al terreno donde se levanta Ciudad Mallorquín, porque también los “rastrojos” tienen la tendencia natural a recuperarse y merecen rango de conservación.
El Humboldt dejó muy explícito que no es autoridad ambiental, lo que reafirma que la intervención en Pajonal es responsabilidad de la CRA por las facilidades otorgadas en el Pomca 2017.
Opino, sin embargo, que el Humboldt debió hacer un enérgico pronunciamiento por ser el guardián de los bosques secos. Lo digo porque nadie en Colombia tiene más claro lo que sostiene la revista Caldasia: que los bosques tropicales están siendo acabados por “una constante deforestación que ha ocurrido durante décadas”. Y una de las razones es el urbanismo informal y formal amparado este en la legalidad.
@HoracioBrieva