Acaba de cerrarse otro gran negocio del que Gustavo Petro no ha dicho ni pío –él, que es tan conversador–, acobardado porque sabe que ahí hay hechos que gritan “corrupción” y que denuncié ante la Fiscalía.
La nueva desvergüenza consiste en que, “por contratación directa”, es decir, a dedo, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (ANDJE) contrató por 8.329 millones de pesos a Hugues Hubbard & Reed (HHR), la trasnacional norteamericana a la que hace unas semanas se le cayó el torcido que intentó montar apoyada en Astrea Abogados, una empresa fantasma recién constituida por abogados ignorantes y mentirosos, cuyo único ‘mérito’ fue haberse constituido en Cúcuta, tierra de Yebrail Addad, subdirector de la ANDJE. Una empresa de papel de la que HHR escogió a seis abogados como parte del equipo de trabajo con el que venció a las otras 20 trasnacionales que concursaron.
La Fiscalía debe indagar: 1. ¿Por qué la ANDJE premió con una contratación directa a HHR, una trasnacional que engañó a Colombia con un falso equipo de trabajo que incluyó a tramposos y que además ha mentido al respecto? 2. Si no fueron Yebrail Addad y César Palomino, los dos jefes de la ANDJE, ¿quién le ayudó a HHR a reclutar a los de Astrea? ¿El papel de Astrea no era intermediarle a HHR la plata de los sobornos que pagaría? ¿Por qué, conocido el fraude, no se repitió el concurso con las firmas que actuaron debidamente?
La Fiscalía también debe tener en cuenta el señalamiento de la senadora Paloma Valencia contra Gaela Gehring, quien le coordinará a HHR este nuevo negocio en Colombia. Porque Gehring participó en el llamado contrato “vendepatria” en el que Panamá perdió 5,6 millones de dólares.
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De otra parte, con un acuerdo de confidencialidad, es decir, secreto, el Gobierno de Colombia busca comprarle Monómeros al de Venezuela. No descarto que esa compra pueda hacerse, pero los colombianos tenemos derecho a conocer toda la verdad al respecto, en especial porque Nicolás Maduro ya dijo que ese negocio “es una realidad”.
Y, si se compra, de ninguna manera debe hacerlo Ecopetrol, sino otra entidad del Estado.
Porque Monómeros produce apenas el 9 por ciento de los fertilizantes que se consumen en Colombia, con 200.000 toneladas de materias primas importadas. Esa empresa puede costar hasta 350 millones de dólares y en los últimos tres años tuvo pérdidas por 167.000 millones de pesos, por lo que el que la compre deberá hacerle fuertes inversiones para volverla rentable y competitiva.
Ecopetrol no debe comprarla por ser un negocio con rentabilidades inferiores a las del petróleo y el gas y porque debe concentrarse en su negocio de hidrocarburos, incluido producir más gasolina y más gas, de los que estamos importando el 40 y el 17 por ciento del consumo nacional. Y en vez de exportar petróleo e importar gasolina, Ecopetrol debe ampliar su refinería de Barrancabermeja.
Y más cuando Petro acaba de caer en el pernicioso ridículo de afirmar: “Entre más dejemos la economía extractiva fósil, crecerá con más fuerza la economía productiva”, mentira refutada por la experiencia de Estados Unidos y China, con sus poderosos desarrollos económicos y científico-técnicos apalancados por el carbón y los hidrocarburos.
*Tomado de Cambio Colombia
@JERobledo